Argentina, Día de la Memoria: “Prosigamos la obra de los derechos humanos"
Anna Poce – Vatican News
La Vicaría de Solidaridad de la Diócesis de Quilmes, con motivo del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que recuerda en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, el así llamado "Proceso de Reorganización Nacional", que usurpó el poder político entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, invitó a los argentinos a través de mensaje publicado ayer en su página web, a seguir trabajando por los derechos humanos.
En el mensaje, la Iglesia recuerda cómo en 1979 los obispos latinoamericanos, en Puebla, hablaron de la llamada "Doctrina de la Seguridad Nacional" como una ideología que daba sustento al terrorismo de estado que asolaba el continente en esos tiempos.
Está vinculada a un determinado modelo económico-político, de características elitistas y verticalistas que suprime la participación amplia del pueblo en las decisiones políticas. Pretende incluso justificarse en ciertos países de América Latina como doctrina defensora de la civilización occidental cristiana. Desarrolla un sistema represivo, en concordancia con su concepto de “guerra permanente”. En algunos casos expresa una clara intencionalidad de protagonismo geopolítico”. (Documento de Puebla, 547).
"Este modelo económico/político necesitaba del brazo militar para imponer sus condiciones, apoyo exterior para sostener intereses trasnacionales y apoyo interior de minorías ricas, con ciudadanos mal informados o desprevenidos. Argentina volvió a experimentarlo hace 45 años en el golpe del 24 de marzo de 1976 con el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional” - se lee en el comunicado. “Esta lógica de dominación sembró de endeudamiento externo a la Argentina y a los países de la región; y asoló con la tortura y la muerte. Los 30.000 desaparecidos y desaparecidas son el símbolo lacerante de una historia que en nuestra Patria decidimos decirle “Nunca Más”. En 1983 optamos por restaurar nuestra democracia donde los Derechos Humanos tuvieran una centralidad fundamental”.
Y ahora "esos años oscuros de violencia y muerte han quedado atrás", continúa el texto. Muchos responsables han sido enjuiciados "gracias a la lucha de Abuelas, Madres, Hijos y organismos de Derechos Humanos". Sin embargo, "quedan heridas abiertas" y una estructura económica -subraya el mensaje- que se sostiene con "menos ricos cada vez más ricos a costa de más pobres cada vez más pobres”.
Brota el clamor de nuestros pueblos originarios invisibilizados en sus derechos; clamor de nuestras mujeres asesinadas; clamor de bosques incendiados con lugareños muertos o desaparecidos; clamor de la tierra desolada o las aguas contaminadas para sostener negocios de la megaminería prohibida en tierras del primer mundo y habilitada entre nosotros; clamor de hermanos y hermanas sin tierra, sin techo, sin trabajo genuino; clamor de tantos migrantes vulnerables y excluidos; clamor de muchas víctimas de la trata, tráfico y explotación laboral y sexual; clamor de nuestros ancianos indefensos y descartados; clamor de los presos hacinados; clamor de los jóvenes en situación de calle, acechados por la droga y el alcohol; clamor de las familias que sufren violencia y robos; clamor de los enfermos que carecen de una atención rápida y adecuada.
“Nos encomendamos a Jesús, María y José – concluye la Vicaría – para que nos ayuden a encontrar respuestas acertadas y generosas a las preguntas que nos surgen de escuchar los gritos de nuestro pueblo”.
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