500 años de evangelización en Filipinas. Obispos: tener siempre celo misionero
Isabella Piro – Ciudad del Vaticano
"Que este año sea un año en el que mirar hacia atrás en la historia para entender mejor quiénes somos en el presente como comunidad de discípulos, y también una oportunidad para mirar hacia adelante, en los próximos 500 años, con el mismo celo misionero que hizo posible que recibiéramos la fe cristiana": lo escribe Monseñor Rómulo Valles, Arzobispo de Davao y presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) en una carta pastoral sobre los 500 años de evangelización del país. De hecho, el cristianismo llegó a la nación asiática en 1521, gracias al explorador y navegante portugués Fernando de Magallanes. "Lo que hemos recibido gratuitamente es también lo que damos gratuitamente", escribe monseñor Valles, citando el lema del 500 aniversario, tomado del Evangelio de Mateo, y recordando la misa presidida por el Papa Francisco el 14 de marzo en la Basílica Vaticana en conmemoración de este acontecimiento. Una celebración en la que el Pontífice instó a la Iglesia filipina a ser una Iglesia que ama al mundo sin juzgar, una Iglesia que se dona al mundo.
El presidente de la CBCP recordó los momentos más destacados de la expedición de Magallanes y cómo sus hombres, "en su mayoría mercenarios, se transformaron casi inmediatamente en misioneros cuando descubrieron la fértil tierra de la buena voluntad en los nativos" de Filipinas. Tras un peligroso viaje, "hambrientos, recelosos y enfermos", los exploradores encontraron un tesoro representado no tanto por "el oro contenido en cofres", sino por los "corazones de simples pescadores" que les acogieron con cordialidad y les "desarmaron" con su generosidad y compasión, ofreciéndoles cobijo, comida, cuidados y la posibilidad de enterrar a sus compañeros fallecidos. Antonio Pigafetta, cronista de la expedición, relata "con emoción" la amabilidad con la que los nativos acogieron a la expedición y describe con gran detalle la primera misa celebrada en el país el 31 de marzo de 1521, domingo de Pascua. El 14 de abril del mismo año se administraron los primeros bautismos en Cebú y todo ello no se hizo "a punta de pistola, sino con espíritu de evangelización".
Al mismo tiempo, el arzobispo Villegas señala que no todo fue fácil: de hecho, Magallanes pronto asumió actitudes despóticas y poco después murió en una emboscada. "La cruz de la dominación colonial y la opresión fue finalmente repudiada", dice el Arzobispo de Davao, "porque hemos abrazado la verdadera Cruz de la libertad: la de la redención y el amor incondicional de Dios, que nos da a los seres humanos la verdadera dignidad, en cuanto criaturas suyas. Por lo tanto, mirando hacia atrás, los cristianos filipinos pueden decir que "a pesar de todo el dolor que tuvieron que pasar, siempre estarán agradecidos por esta Cruz porque la fe vino como un regalo de Dios, a través de personas imperfectas, pero de buena voluntad". "Cinco siglos después -continúa el presidente de la CBCP- debemos seguir aprendiendo a separar el trigo de la cizaña" y a no equiparar la evangelización con el proselitismo, como también recordó el Papa Francisco: "La Iglesia tiene esta misión: no es enviada a juzgar, sino a acoger; no a imponer, sino a sembrar."
El prelado recuerda, asimismo, que el 500 aniversario fue precedido por nueve años de preparación, cada uno de ellos dedicado a un tema específico: de 2013 a 2021 se exploraron la fe, el papel de los laicos, las cuestiones relacionadas con la pobreza, la Eucaristía y la familia, la parroquia como comunidad, la misión del clero y de los consagrados, los desafíos y las esperanzas de los jóvenes, el ecumenismo y el diálogo interreligioso también en relación con los pueblos indígenas y, por último, la misión. Además, la CBCP ha decidido encargar un estudio, en colaboración con la primera universidad católica de Asia, el Ateneo "Santo Tomás", para elaborar una evaluación del estado actual del catolicismo en Filipinas. Los resultados del estudio se esperan en breve.
A continuación, el Arzobispo de Davao exhorta a todos los fieles a participar activamente en las misas de conmemoración de la primera Eucaristía en el país, que se celebrarán el 4 de abril, domingo de Pascua. "Que sea también la ocasión para la apertura de una puerta jubilar en cada catedral nacional y en determinadas iglesias a lo largo del tiempo de Pascua", escribe además el prelado. Otra importante celebración está prevista en Cebú el 14 de abril, en recuerdo del Primer Bautismo administrado en el país. Un momento que todas las diócesis locales están invitadas a recordar ese mismo día o el 18 de abril, tercer domingo de Pascua.
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