Chile: Arquidiócesis de Santiago apuesta por el protagonismo juvenil y sinodal
Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
“La cultura, hoy, nos está desafiando a tener una buena lectura de la realidad, de las juventudes y una profunda lectura del Evangelio para ser creativamente fieles a sus enseñanzas”. Esta es solo una de las tantas reflexiones que el cardenal Celestino Aós Braco, Arzobispo de Santiago de Chile ofrece en una Carta pastoral que bajo el título “Cristo Vive”, se dirige a los jóvenes, pero también a la comunidad eclesial que los acoge y acompaña. Precisamente, a esa comunidad le toca la tarea “nada fácil” - explica el purpurado – de “leer los signos de los tiempos y comprender la realidad en su dinamismo” para lograr hacer aportes incisivos y oportunos al servicio de la evangelización del mundo juvenil.
Inspirado en las palabras del Papa Francisco que en su exhortación postsinodal Christus Vivit subraya la responsabilidad de la comunidad cristiana de acoger, acompañar, motivar y animar a los jóvenes con comprensión y afecto, el cardenal Aós recuerda que son justamente los jóvenes quienes pueden ayudar a la Iglesia a mantenerse joven y, por ello, es necesario “generar comunidades acogedoras, que sean rostros de una Iglesia más humana, coherente y real”.
Espacio a los jóvenes
“Sabemos que, para muchos jóvenes, por su realidad, por su historia, por sus dolores, no encuentran espacios de pertenencia ni de acogida; algunos viven la discriminación o no logran sanar las heridas que la vida les va dejando tan tempranamente”, afirma el arzobispo al poner como ejemplo a los jóvenes migrantes necesitados de comunidades de acogida, integración, pero también de espacios donde poder vivir su fe “experimentando el ‘calor’ de la familia de su iglesia”.
El arzobispo de Santiago considera necesaria una “comunión eclesial abierta y participativa, de liderazgos compartidos, donde se evite cualquier resabio de una ‘cultura de élite’ o discriminación”. “Debemos seguir caminando hacia una Iglesia más en salida y hacia una pastoral juvenil crecientemente misionera”, enfatiza el cardenal Aós, que haciéndose eco del Santo Padre pide a las comunidades eclesiales salir al encuentro de los jóvenes: “Vayan a las plazas, a las escuelas, a los malls y a cada lugar para invitar a muchos más a ser parte de la apasionante aventura de seguir a Jesucristo, de vivir la fe en comunidad y de abrazar una existencia llena de sentido”.
Jóvenes Santos
Publicada el Domingo de Pentecostés, la carta del arzobispo Aós anima a los jóvenes a “caminar juntos, a mover los corazones, la mente y las manos, para servir al país y a la Iglesia. Los invita a ser jóvenes santos, a ir al encuentro con Jesús y seguirlo, a poner a Cristo en el centro. “Es indispensable que todos nosotros tengamos una experiencia fuerte y constante de la vida de fe, de la comunidad y del servicio a los más necesitados, donde Cristo sea efectivamente el centro de nuestra vida”. “Sólo así – añade - podemos discernir, a la luz del Espíritu, los signos de nuestros tiempos, para servir siempre más y mejor a los pobres, a los excluidos, a los descartados de la sociedad.
Inquietud por la cuestión social
En las 30 páginas que conforman el documento pastoral el arzobispo de Santiago insiste – junto al Papa - en la necesidad de caminar hacia una pastoral juvenil “desinstalada”, comprometida con los más pobres, con el bien común, que “mete los pies en el barro” y que “toca” la realidad para transformarla.
“Estamos empeñados en despertar la inquietud por la cuestión social y formar a jóvenes comprometidos que quieran darle vida concreta a los principios de la enseñanza social de la Iglesia”, apunta el purpurado. Y al hablar de la llamada “pastoral popular juvenil” explica que se necesita una pastoral que ofrezca espacio a todos y a todas, con sus dudas, sus traumas, sus problemas y su búsqueda de identidad, con sus errores, su historia, sus experiencias del pecado y todas sus dificultades”.
Familia al centro de las vocaciones
Otros temas tocados por el cardenal Aós se refieren a la familia como espacio educativo y vocacional primordial, así como la pastoral juvenil, debe ser el espacio privilegiado de discernimiento: “Si hacemos un proceso consistente de pastoral juvenil vocacional, marcado por el espesor de la vida cristiana y por una espiritualidad honda, incluyendo a la familia, no sólo tendremos vocaciones matrimoniales florecientes, sino que también serán muchas y muchos los que escucharán la voz del Señor para abrazar una vida consagrada”.
El diálogo intergeneracional para el cual también la familia juega un rol fundamental; el camino sinodal que presenta una oportunidad para discutir sobre la presencia y el protagonismo de los jóvenes en la Iglesia; el cuidado de la casa común, que se encuentra entre las realidades más abandonadas y maltratadas en el mundo; y el reto de la evangelización en el mundo digital, son argumentos tratados en el documento pastoral.
Prevención de abusos
Tampoco faltó el empeño de la Iglesia por la prevención de abusos: “La herida aún abierta por estos crímenes de los abusos sexuales de menores y sus consecuencias - escribe el purpurado - exigen de nosotros seguir viviendo una transformación interior que toque todas las fibras de la Iglesia y nos lleve a la generación de una nueva cultura marcada por el buen trato, los ambientes sanos, la responsabilidad común y el trabajo lúcido de todos”.
Finalmente, el arzobispo de Santiago exhorta a los jóvenes ser "proactivos, audaces y generosos" para crear nuevos procesos e iniciativas, sabiendo que estos no siempre serán perfectos: “Trabajemos con ardor y en ‘salida’ para que juntos podamos evangelizar mostrando a Cristo, que es la luz y alegría del mundo”.
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