Myanmar. La Misa por la paz será un signo de esperanza
Federico Piana- Ciudad del Vaticano
Fue con una carta escrita con pasión por alguien que conoce los sufrimientos y los deseos de su propio pueblo que el padre Joseph Buan Sing pidió al Papa Francisco que celebrara una misa por la paz en Myanmar. Y la respuesta no se hizo esperar: el 16 de mayo, el Santo Padre presidirá en la Basílica Vaticana una celebración eucarística para la comunidad católica del país asiático presente en Roma. "Estoy sorprendido y feliz -explica el religioso jesuita, que comenzó su formación teológica en la iglesia romana del Gesù-, al igual que mi comunidad. Un evento importante en el que también participarán amigos budistas que estarán presentes en la misa. Deberíamos ser, en total, al menos doscientas personas".
Un gran amor
Al padre Buan Sing, la idea de escribir la carta se le ocurrió al comprender plenamente el gran compromiso del Pontífice para intentar pacificar una nación sacudida por violentos enfrentamientos y una pobreza acuciante: "Conocemos su inmenso amor por nuestro país y, sobre todo, por los pobres. Escribimos la carta con una enorme esperanza y no nos decepcionó".
La voz del Papa traerá alivio
En Myanmar, la situación es cada vez más difícil. Así lo atestigua el relato del religioso jesuita que intenta mantener el contacto con sus compatriotas, aunque la tarea sea a menudo imposible: "Desde el 15 de marzo", dice, "las autoridades han bloqueado Internet y es complicado conseguir noticias actualizadas y fiables. Ahora, mi país no sólo está lidiando con el golpe de Estado, sino también con la pandemia que se suma a la pobreza: la gente ya no tiene alimentos ni medicinas e intenta huir a los países vecinos, como Tailandia e India. Pero estamos seguros de que, gracias a la voz del Papa Francisco, todo cambiará pronto".
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