Perú. Obispos: orientar la democracia hacia la libertad, evitar autoritarismos
Buscar el bien común, sin exasperar, exacerbar y polarizar, orientando la democracia hacia la libertad, evitando todo autoritarismo, hacia la igualdad, combatiendo toda forma de discriminación y pobreza y hacia la fraternidad, promoviendo la amistad social y el cuidado de la diversidad cultural y la biodiversidad. Son algunas de líneas dictadas por la Conferencia Episcopal peruana, a 24 horas del pedido del voto de confianza del primer gabinete del presidente Pedro Castillo ante el Congreso de la República. Los prelados envían un mensaje en el que, ante todo, observan “con profunda preocupación” que la polarización política extrema crea “incertidumbre en el país”, repercutiendo en todos los ámbitos de la sociedad, en especial en la vida de los más pobres y vulnerables.
La conferencia episcopal peruana en doce puntos realiza un planteamiento de la situación actual, en el que subrayan “el penoso e histórico olvido del estado de miles de compatriotas de las periferias del país”, que provoca dolor y resentimiento, además de acentuar las grandes desigualdades sociales, y el crecimiento de la desconfianza entre autoridades y ciudadanos.
La problemática educativa, la falta de trabajo, el costo de la vida
Entre las problemáticas acentuadas por la pandemia, está el sufrimiento de los peruanos por “falta de trabajo, el alto costo de la vida y por el temor a invertir” en el país. Los padres de familia, “primeros responsables de la educación de sus hijos”, están preocupados porque “con la educación virtual no se han logrado muchos de los objetivos de su aprendizaje”, y, además, “muchos alumnos en extrema pobreza no han podido acceder a clases digitales”. Todo esto se da mientras muchos “niños/as y adolescentes – advierten – presentan signos claros de una afectación a su salud mental y emocional por falta de contacto directo con sus maestros y compañeros de estudio”.
Provisión de vacunas para todos, libertad para ejercitar la propia fe
Los obispos apelan, seguidamente, “con insistencia” al gobierno por la provisión de las vacunas necesarias para todos, a la vez que piden a los ciudadanos vacunarse “como expresión de responsabilidad para consigo mismos y para con los demás”. Y manifiestan claramente la voluntad seguir ejercitando el “derecho” a expresar la propia fe “de manera libre y responsable y garantizando la seguridad sanitaria”:
“Desde nuestra fe aportemos a la reconciliación y superación de las polarizaciones, generando una cultura de encuentro y de diálogo. La intolerancia, la indiferencia y la discriminación no deben seguir primando nuestra convivencia”.
En este momento crucial de nuestra historia – continúan – caminemos juntos buscando la reconciliación y el bienestar de todos, porque necesitamos una comunidad que nos sostenga en los mismos objetivos y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante. A la vez que animan a superar la desilusión “saliendo de nosotros mismos” y de los propios intereses, exhortan a decir “sí” a la cercanía y “no” al aislamiento, “sí” a la cultura del encuentro y “no”, a la del enfrentamiento.
Buscar el bien común y la democracia con los mecanismos Constitucionales y legales vigentes
En los últimos cuatro puntos del mensaje, en el animar a la búsqueda del bien común y la democracia, exhortan a utilizar los mecanismos “previstos por la Constitución y el sistema legal vigente”, orientando “la democracia hacia la libertad” y evitando “todo autoritarismo”.
Reiterando, finalmente, la propia disponibilidad al diálogo con las autoridades del Gobierno, recuerdan que “para construir un Perú de todas las sangres” es necesario “amar y servir” a la Patria más que a las propias ideas, personales o grupales, y así, apelan al “compromiso responsable de todos los ciudadanos y en especial de las autoridades gubernamentales para trabajar unidos por el bien común a través de Mesas de Diálogo”.
La Iglesia – concluyen – tiende sus manos y reitera su disposición para tender puentes y trabajar unidos en fraternidad y amistad social, por el bien común, el desarrollo humano integral y para fortalecer nuestra frágil democracia. “Que el Señor de los Milagros bendiga al Perú”.
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