El joven San Estanislao de Kostka
Aunque no llevaba ni un año de jesuita cuando murió, Estanislao de Kostka (Stanislaw Kostka, 1550-1568) es conocido por su santidad juvenil y su decisión férrea de seguir la llamada de Dios a pesar de los obstáculos que ponía su familia. De noble familia polaca (su padre era señor de Zakroczym y senador del reino) estaba destinado a la vida pública.
El año 1564 sus padres enviaron a Estanislao y a su hermano mayor Pablo a estudiar al recientemente abierto colegio de los jesuitas en Viena. Al comienzo los dos hermanos se alojaban en la residencia anexa al colegio, pero siete meses más tarde se trasladaron a la casa del senador Kimberker, que era un devoto luterano de los que no hubieran permitido que un sacerdote entrase en su casa llevando la Eucaristía.
Esto provocó un conflicto cuando, inesperadamente, a mediados de diciembre de 1565, Estanislao cayó enfermo con un mal no diagnosticado. Reiteradamente pidió el Viático, mientras su hermano lo posponía. Estanislao suplicó al presidente de la congregación a la que pertenecía, la de Santa Bárbara, que intercediera ante Dios para que le fuera posible recibir el Viático antes de morir. Tuvo una experiencia mística en la que le visitaba María, que ponía el Niño Dios en sus manos. La interpretó como señal de que iba a entrar en la Compañía de Jesús.
Tras esta experiencia extraordinaria el joven se recobró y fue a ver al provincial de los jesuitas en Viena para pedirle la entrada en la Compañía. El provincial estaba a favor, pero le dijo que no podía aceptar a Estanislao sin la aprobación de sus padres, que Estanislao sabía no le habían de dar.
Muy decidido habló con otro jesuita, que le sugirió ir a Augsburg, en Alemania, y pedir al provincial de allí, P. Pedro Canisio, que le aceptase. Estanislao decidió seguir esta indicación y se escapó de Viena la mañana del 10 de agosto de 1567. Dejó atrás sus lujosas ropas, vistiendo el basto hábito de los peregrinos, que le ocultó a su hermano que le seguía furioso por la carretera y no le reconoció tan pobremente disfrazado.
Estanislao caminó fatigosamente 450 millas hasta Augsburgo, y luego un día más hasta Dillingen, donde estaba el P. Canisio. Le expuso su deseo y le presentó una carta de presentación de un jesuita de Viena. Canisio, reconociendo su sinceridad y sus cualidades espirituales, decidió aceptarle. Dispuso que acompañase a dos jóvenes jesuitas que estaban para viajar hasta Roma, que era un lugar más lejano de Polonia que Alemania, de modo que se impidiera a la familia frenar a Estanislao. Kostka y los dos jesuitas dejaron Alemania a fines de septiembre y llegaron a Roma el 25 de octubre, dirigiéndose a la residencia del General, P. Francisco de Borja.
Estanislao entregó la carta en que Canisio le recomendaba a Borja, que le hizo quedarse en el Gesù durante tres meses, antes de pasar brevemente por el Colegio Romano y entrar en el noviciado de San Andrés. Pero el noviciado de Kostka no habría de durar más que 10 meses.
A principios de agosto de 1568 tuvo una premonición de que moriría pronto. Cayó enfermo con fiebre. En enfermero, que no apreciaba gravedad, descartó la premonición. El 14 de agosto Kostka le dijo al enfermero que moriría al día siguiente, pero no lo tomaron en serio. Avanzada la tarde se puso peor y perdió las fuerzas. Recibió el viático y oró con los novicios y otros jesuitas que lo acompañaban. Cerca de las tres de la mañana de la fiesta de la Asunción, 15 de agosto, anunció que María se le acercaba rodeada de ángeles, para llevarle al cielo y en seguida murió.
Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ
Traducción: Luis López-Yarto, SJ
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