Obispos de Costa Rica: Defensa de la libertad y de los derechos es herencia católica
Ciudad del Vaticano
“El Bicentenario nos permite, con humildad y con gratitud a Dios, redescubrir las luces que se han manifestado con claridad a lo largo de nuestra historia y, a la vez, reconocer las sombras que las han acompañado, también en la tarea de la Iglesia, por lo que hacemos nuestro humilde reconocimiento”: lo escriben los obispos de la Conferencia Episcopal costarricense en una Carta dirigida al Pueblo de Dios que peregrina en esta nación y a todas las personas de buena voluntad, con motivo de la celebración del Bicentenario de la independencia patria.
Tal como informa también el CELAM, en la misiva, los prelados señalan cómo en este contexto histórico ha sido “fundamental el papel de la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles que, desde su hallazgo en Cartago en 1635, ha sido referente del ser nacional y punto de confluencia de todos los costarricenses. Afrodescendientes, mulatos, indígenas, mestizos, ladinos, españoles, ricos y pobres, han podido ver en ella a quien les protege y su culto ha sido determinante en nuestra configuración fraterna e igualitaria, sin injustas distinciones raciales o sociales de nuestra sociedad”.
La Iglesia cercana a los pobres y vulnerables
Asimismo, los obispos de la CECR recuerdan que “Costa Rica compartió con las demás naciones centroamericanas su experiencia de diálogo, paz y concordia, cuando en los años ochenta del siglo pasado llevó el liderazgo en los acuerdos de paz que acabaron con las cruentas guerras que azotaban la región”.
Por tanto – escriben – “damos gracias a Dios, pues aún en medio de luces y sombras propias de la realidad humana, dado el contexto de esos momentos, la Iglesia católica estuvo presente en cada uno de ellos con un papel proactivo, como agente constructor y constitutivo de la nacionalidad costarricense”.
Recordando que la Iglesia a lo largo de su historia en Costa Rica ha estado de parte de los más pobres y vulnerables y ha levantado su voz para defender la dignidad de los valores humanos, los prelados evidencian:
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