Honduras. Miedo e indiferencia entre la población que votará en elecciones
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
El Arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, retomando el Evangelio de este domingo, preguntó en su homilía a los presentes si cada uno vive “dando lo que nos sobra, o dando algo de nuestro propio ser, de nuestra vida”.
Ante la viuda que dio todo lo que tenía para vivir, el purpurado pregunta a los fieles, si se parecen a la “pobre viuda poniendo toda la confianza en Dios o viven dando solo lo que me sobra”. Si cada uno de los hondureños se está entregando al “amor, a la familia, a su Honduras querida”.
Ante elecciones, preocupa la indiferencia
El cardenal expresó su preocupación de que el día de las elecciones, sobresalga la indiferencia en cada uno de los votantes, es más, que haya un fuerte abstencionismo, que la ciudadanía no salga a votar.
Estaría cometiendo pecado de omisión, agregó el Arzobispo, porque la única manera de alcanzar cambios democráticos en la sociedad es con
“la participación y una persona indiferente es cómplice de que no se lleven a cabo los cambios en democracia”, afirmó. Además, expresó que preocupa la confrontación, pero una “confrontación inducida”, dijo, casi como que si la mejor preparación para este proceso fuera suscitar enemistades y odio eso no es el camino de la democracia. El cardenal, pidió a la población, no ser cómplices de ninguna confrontación.
Antes de las elecciones en Honduras, hay también vientos de miedo a acciones cargadas de violencia.
“Se está infundiendo miedo en la sociedad: mejor no salgamos a votar porque va a haber violencia, no, eso sería ser cómplices también de la indiferencia”, agregó el purpurado, y señaló que en estos momentos hay que “valorar en la conciencia delante de Dios a quienes se consideran las personas más idóneas, pero salir a votar y no ceder ante la tentación de aquellos que quieren infundir miedo para hacer sus trampas”, manifestó.
¿Unas elecciones marcadas por la violencia y el miedo?
Tras mencionar la preocupación existente, que, en la difusión del miedo entre los votantes, se está diciendo que están entrando armas al país, para sembrar violencia el día de las elecciones, el cardenal aseveró:
“A todos aquellos, hay que disuadirlos porque no hay voto que valga una gota de sangre de ningún hermana ni hermano hondureño. No tiene por qué haber violencia, muerte y confrontación. Este es un estado democrático, y por consiguiente no ceder ante el miedo, sino al contrario más fuerte es el bien que el mal”.
Por último, el cardenal pidió oraciones por “aquellos que sienten la tentación de la violencia, comprendan que están actuando contra Dios que nos dio la vida y quiere que respetemos la vida, nuestra vida y la vida del prójimo”.
Todos los hondureños quieren lo mejor para su país, sin ceder, manifestó, ante la tentación del miedo, de la confrontación, del odio o la violencia. Orar todos con “fe, para que Dios ponga su mano este país y podamos construirlo en la paz, en el respeto, en la justicia, en el amor y en la libertad”.
El Evangelio invita a valorar a las personas por lo que son
Por último, el purpurado, reflexionando en su homilía el Evangelio, recordó que se nos invita a valorar las personas “por lo que son, por su capacidad de servicio, y de solidaridad, no por los bienes que se han conseguido acumular, ni por cualquier éxito, puramente, social o político”.
La auténtica relación con Dios, dijo, comienza cuando empezamos a compartir, no de lo que nos sobra, sino de aquello que somos. El Evangelio también nos invita a valorar a quienes “están entregados a servir al prójimo, tantos misioneros y misioneras, tantos voluntarios laicos que se preocupan de los pobres y entregan su vida por la dignidad de las personas”.
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