Obispos de Honduras: "Las esperanzas del pueblo no pueden quedar defraudadas"
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
El pasado 11 de febrero, con ocasión de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, los obispos de Honduras, país que está viviendo el inicio de un nuevo gobierno, publicaron un mensaje escrito en el marco de su Asamblea plenaria y titulado "Una Iglesia en camino, con Santa María, para la vida de Honduras", en el que se dirigen al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad, "con la esperanza de que este tiempo que vivimos, con sus luces y sombras, sea para todos nosotros una oportunidad para consolidar nuestra identidad y nuestra misión en el mundo como bautizados, de manera individual y eclesial".
Caminemos juntos
Haciendo alusión al camino sinodal que está recorriendo actualmente la Iglesia Católica, los prelados hondureños destacan el valor de la palabra sínodo, que viene del griego y significa “Caminar juntos”:
"Este camino se inició entre nosotros hace dos años -escriben los obispos- conduciéndonos a la Primera Asamblea Eclesial de América Latina, celebrada en México y en todos los países del Continente (tanto con participación virtual como presencial) y ahora se extiende a nivel global con el espíritu de Comunión, Participación y Misión”.
Para los prelados, se trata de un nuevo camino que implica ante todo "una actitud de escucha, iluminada por la Palabra de Dios y una conversión que nos lleve a superar la indiferencia o la exclusión y marginación de muchos, y sentimos corresponsables de una nueva manera de ser Iglesia".
Contamos con la compañía de María
Y precisamente, en este caminar, la Conferencia Episcopal Hondureña resalta la presencia y la compañía de la Virgen María:
Las esperanzas de un pueblo
En cuanto a esta nueva etapa de gobierno en Honduras, los prelados hacen hincapié en que las "esperanzas del pueblo no pueden quedar defraudadas, pues correríamos el riesgo de que cunda de nuevo la decepción, continúe imparable la migración ilegal y surjan comportamientos sociales peligrosos".
Por otro lado, en su mensaje los obispos explican que ven con agrado la resolución del problema en el Congreso Nacional, aunque piden que estos procesos se realicen con "respeto a la institucionalidad y a la legalidad", en lugar de ser solucionados con "arreglos movidos más por intereses de grupo" que por el bien del país:
Plan de nación
En este contexto, el Episcopado de Honduras indica que no basta la buena voluntad para responder a las esperanzas de la población:
"Necesitamos un plan social y económicamente realista y factible, que garantice mejores condiciones de vida para las familias hondureñas; un plan que reduzca y, si es posible, que haga desaparecer el flagelo de la migración, que obliga a tantos hondureños a abandonar su patria; un plan que priorice el empleo, la salud, la educación y la construcción democrática".
"Y esto -añaden los obispos- es tarea de todos, del gobierno, de las instituciones y de las personas; pues hemos de estar más preocupados por aportar, que por estar pidiendo y recibiendo".
Honduras necesita políticos responsables
Finalmente, los mitrados afirman ser conscientes de que la realización de un plan de nación "requiere tiempo, procesos, profesionalismo, ética y diálogo" y que este se encontrará "con resistencias y enemigos, como la comipción y la impunidad, los egoísmos de personas e instituciones y la falta de una justicia objetiva, imparcial y no sometida a los intereses particulares".
"Por ello -se lee en el escrito- estamos por el cambio. Honduras necesita políticos responsables de la tarea asumida y un pueblo en auditoría y veeduría constante".
Orando juntos
El documento concluye con el deseo de los obispos de lograr verdaderos cambios a pesar de que los desafíos sean grandes:
"Refundemos Honduras no sobre ideologías ya gastadas, sino sobre la verdad, la justicia, el amor mutuo y la libertad, que son los pilares de la Doctrina Social de la Iglesia", concluyen los mitrados pidendo que la maternal intercesión de Santa María de Suyapa, Patrona de Honduras, "nos alcance de Dios la abundancia de su gracia, sabiduría y fortaleza".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí