Obispos del Paraguay preocupados por el avance del narcotráfico en el país
VATICAN NEWS
“La mala cosecha es producto de una mala siembra, la cosecha generosa es producto de una siembra generosa”: los Obispos paraguayos, reunidos en asamblea ordinaria en el miércoles de Ceniza, en su mensaje en el inicio del camino cuaresmal señalan este tiempo como oportuno para “reflexionar” sobre todo lo que está aconteciendo en el mundo y en el país y piden rezar por la paz y el cese de la violencia entre “Rusia y Ucrania”. “Causa una gran tristeza y pena el conflicto bélico entre dos países hermanos”, afirman.
El narcotráfico, mal endémico en el país
Haciendo presente que “la mala cosecha es producto de una mala siembra”, y viceversa, los prelados ponen en evidencia un producto de “una mala siembra que – escriben - no supimos controlar a tiempo como sociedad”: el “narcotráfico y de su contaminación con la esfera política, vínculo con instituciones públicas y servidores públicos”.
Es grave y preocupante el avance de este mal endémico que enferma y lastima severamente a nuestro país, pero aún estamos a tiempo: “No nos cansemos de hacer el bien”.
Los pastores, que llaman a depositar “nuestra fe y esperanza en Cristo resucitado” y a no cansarse de “orar por nuestro pueblo y por el mundo entero”, constatan, por otra parte, la necesidad de “cambios urgentes y radicales” en el país para “garantizar una sociedad más justa, equitativa y solidaria” y señalan que esto puede darse “a partir de una profunda conversión y cambio de mentalidad”. El llamado que se nos hace en esta cuaresma a "sembrar el bien”, no debe ser visto “como un peso”, sino como una “gracia con la que el Creador quiere que estemos activamente unidos a su magnanimidad fecunda”, dicen los prelados haciendo referencia al Mensaje de Su Santidad.
Escuchar, sanar y ayudar a los más pequeños e indefensos
Recuerdan también el año del laicado que se celebra este año en el país con el lema “Al instante se pusieron en camino para anunciar a Cristo”, e invitan a todos a participar de manera “activa” con gestos concretos de caridad hacia el prójimo, siempre bajo el signo de la sinodalidad, “para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera al servicio de la vida plena de nuestro pueblo”.
Pongámonos en camino y visitemos a los enfermos, ancianos y los hermanos en situación de calle. La cuaresma es tiempo oportuno para que cada uno tomemos nuestra bandera y nos acerquemos donde están “hermanos y hermanas heridos en el camino de la vida” (cf. Lc 10, 25 – 37). Hacer el bien también es escuchar, sanar y ayudar a los más pequeños e indefensos.
Ante los grandes desafíos que tiene el país en estos tiempos y ante la "necesidad de una verdadera conversión personal y comunitaria", la Conferencia Episcopal Paraguaya invoca "a Nuestra Madre María, para que, a través de su intercesión, podamos erradicar los males de nuestra sociedad y sembrar buenas semillas para cosechar buenos frutos”.
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