Misionero de OMP en Ucrania: “La misión es estar con el que sufre”
Renato Martinez - Vatican News
“Frente a este desastre de la guerra hemos decidido hacer este viaje, dado que las misiones mucho más que asistencia material o económica, la misión es imitar los gestos de Jesús con su cercanía”, lo dijo el Padre Sebastián Sardo, Asistente Eclesiástico de las Obras Misionales de los Estados Unidos, explicando a los micrófonos de Sor Bernadette Reis, de Vatican News, la experiencia misionera que realizó en algunas ciudades de Ucrania, en su reciente visita a este país con ocasión de la Semana Santa. “Dado que los greco-católicos celebran la Pascua una semana después de la nuestra, podíamos compartir esta Semana tan significativa con ellos – afirmó el sacerdote argentino – en este momento, en que ellos están identificados con Jesús que carga con su cruz”.
Este viaje para nosotros fue una escuela
Asimismo, el Asistente Eclesiástico de las Obras Misionales de los Estados Unidos señaló que, “este viaje fue una escuela para nosotros, porque nosotros fuimos a hacerles sentir nuestra compañía y ellos nos hicieron sentir su fuerza, su fe; verdaderamente vimos una comunidad que se ha unido, vimos una Iglesia muy trabajadora”. En este sentido, el padre Sardo puso como ejemplo el trabajo de los sacerdotes en esta región. “Cuando estuvimos en Ternópil con los monjes Basilianos, vimos como atendían a los refugiados, como le dedicaban tiempo, todo lo que hacían ellos por estas personas. Por ejemplo, el encargado de toda la logística era el padre Román, un sacerdote casado que está trabajando ahí con toda su familia, su esposa, sus cuñados, es todo un equipo que está organizado para la asistencia de los más necesitados, pero, es muy dedicado, apenas terminaba la liturgia inmediatamente se ponía un abrigo anaranjado para que lo vean muy bien y empezaba a organizar, a cargar camiones, entre ellos habían algunos incluso que eran los mismos que conducían los camiones para llevarlos a las zonas desfavorecidas”.
Cercanía espiritual y administración de los sacramentos
El padre Sebastián Sardo también explicó que la asistencia que brindan los sacerdotes a la población es espiritual y material. “Cuando el sacerdote va a esta zona llevando la ayuda material, también el sacerdote atiende espiritualmente a esta gente. De hecho, unos amigos de Polonia cuando yo les conté que íbamos a ir para ahí, me mandaron nombres de gente que estaba pidiendo la unción de los enfermos. La gente tiene mucho miedo, entonces, me decían está va a ser la contraseña para que digas y para que te abran la puerta. A veces uno veía esas cosas en una película, verlas en personas es distinto, es verdaderamente distinto”.
No podemos perder fuerzas odiando
Una de las cosas que más le ha impactado al misionero argentino fue la enorme esperanza que tienen los pobladores de Ucrania. “Me quedo con la esperanza que ellos tienen hoy, sobre todo, con una cosa que dijo un muchacho que estaba trabajando con nosotros, en un momento dijo que él no sentía odio, porque el odio era una palabra fea, y decía: yo tengo amigos rusos y sé qué no todos los rusos son necesariamente malos. Después, el Obispo, el Metropolita, nos decía: no podemos perder fuerzas odiando, porque si nosotros dedicamos nuestras fuerzas al odio, perdemos las fuerzas que necesitamos para hacer el bien”. Entonces, yo creo que esa es la concentración que están teniendo todos allá en Ucrania, es poner todas las fuerzas para hacer el bien.
“Dios saca cosas buenas aún de lo malo”
En este sentido, el sacerdote argentino dijo que esta experiencia le hacía pensar fundamentalmente en dos textos bíblicos. El primero, “que hay que vencer el mal a fuerza del bien” de la Carta a los Romanos; y el otro, que es de la Carta a los Hebreos que dice, “que Dios saca cosas buenas aún de lo malo, aún de lo terrible”. Cuando uno vive una cosa terrible, es difícil ver todo lo bueno que ve que está sacando, pero yo que lo podía ver desde afuera, la verdad que me quedé impresionado como decía hace rato. Estoy digiriendo esta experiencia, mi primera reacción fue un bloqueo absoluto, me bloquee emocionalmente, me quedé sin saber que decir, no hay palabras, pero estoy digiriendo esta experiencia, pensaba sobre todo en los niños, veíamos a los niños, como ellos estaban un poco desconcertados porque están fuera de casa, porque estaban separados de su papá, porque estaban viendo con unos monjes, pero a la vez estaban contentos para ellos era como una aventura, tal vez no tenían conciencia del riesgo.
Las heridas en la niñez y la caducidad de las noticias
Otro aspecto sobre el que el padre Sardo reflexionó fue el de las heridas de la niñez. “Es duro estas cosas que se viven en la niñez, dejan cicatrices y eso es lo más difícil porque a veces el peligro de la comunicación es que la noticia tiene una fecha de vencimiento, entonces todos estamos concentrados sobre algo mientras que eso tiene la atención del público, llega un momento en que otra cosa más importante y nos damos la vuelta, pero los problemas continúan ciudades destruidas, gente que quedó sin nada, familias separadas, niños con heridas profundas. ¿Cómo se reconstruye eso? No sé, me sonaba en mi cabeza tantas veces lo que el Papa Francisco hablaba de lo diabólico que es el mercado de las armas.
Una auténtica experiencia misionera
Finalmente, el representante de las Obras Misionales Pontificias dijo que, esto ha sido una auténtica experiencia misionera, una auténtica obra misionera, que le hemos hecho el nombre de la Iglesia que dice: “estamos aquí, no están solos, estamos con ustedes, los queremos, nos interesan”. Eso es muy importante, es muy importante, ellos no nos pedían cosas materiales, cuando llegamos nadie nos pedía, ellos nos ofrecían, eso era increíble, nos ofrecían lo mejor que tenían, llegamos y teníamos el cuarto, dulces, nos habían dejado agua todo el tiempo, gracias por estar aquí, no nos pedían nada a pesar de la necesidad. Lo que ellos simplemente esperaban era decir no es Oriente y Occidente, somos la Iglesia, somos una familia y ustedes son parte de nuestro corazón y eso creo que resume la experiencia misionera, somos las Obras Misionales Pontificias, si, en nombre del Papa cumplimos esta misión, que es la misión de Jesús de estar con el que sufre.
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