Bolivia. Monseñor Pesoa clausura la 110 asamblea plenaria de obispos
Vatican News
En su homilía en la misa de clausura de la Asamblea Plenaria, el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana recordó que la Iglesia “no es cosa de hombres, sino “cosa de Dios”. Hay que reconocer que la Iglesia no es cosa de hombres, sino que Dios está presente en ella por su Hijo Jesucristo y la acción del Espíritu Santo”.
Y mientras el hombre experimente su debilidad humana, “más se hace presente en esa misma debilidad la fuerza y la presencia de Dios”, dijo el prelado. El ser humano es débil, pero fuerte por “la acción del Espíritu de Dios”.
Reflexionando sobre los días de asamblea, Mons. Pesoa dijo a los obispos que estos días han experimentado la presencia misericordiosa de Dios en las reflexiones que han podido tener, en nuestro discernimiento comunitario y, afirmo: “¿por qué no reconocerlo?, en nuestra debilidad humana. Pero hoy podemos alabar a Dios porque le hemos visto y le hemos oído en tantas palabras de los hermanos, en los gestos de fraternidad y también en la debilidad de cada uno de nosotros”.
La Iglesia no es cosa de hombres es cosa de Dios
Más adelante el obispo afirmó que la Iglesia no es cosa de los hombres, es cosa de Dios y de su acción misericordiosa que le da continuidad al colegio apostólico a través del tiempo y del espacio y le alabamos con todo el corazón. El prelado recordó además la figura de Santa Catalina de Siena:
“Hoy celebramos a Santa Catalina de Siena, mujer apasionada por la Iglesia, de profundo amor por la Iglesia, hasta el punto de sufrir por los pecados de la Iglesia, acusándose ella misma de los pecados de la Iglesia como si fuesen propios. Ella contribuyó a la unidad de la Iglesia en tiempos del cisma de occidente y denunció con valentía los pecados de los pastores de la Iglesia”.
A Santa Catalina le causaban intenso dolor las guerras por la destrucción de los más pobres. En nuestro tiempo, dijo Mons. Pesoa, hubiera sufrido mucho por la guerra en Ucrania, pero también por la división y destrucción de la dignidad del ser humano que provocan nuestros egoísmos. “Ella hubiese sufrido por todo lo que oscurece la imagen de Dios en nosotros sus criaturas. Ella nos anima a luchar por restaurar la hermosa imagen de Dios en cada ser humano”.
Los problemas del pueblo abundan
Al referirse al Evangelio de San Juan, Mons. Pesoa afirmó que la narración de la multiplicación de los panes es “una llamada a poner nuestros dones, aunque sean pobres dones, al servicio de los demás”.
El prelado dijo que los problemas de nuestro pueblo abundan, “tanto de hambre material, falta pan, salud y educación, como de orden social y espiritual, falta de justicia, falta de amor en las familias, falta manos para la evangelización. Nos desbordan las necesidades, son más de las que podemos hacer”.
El Obispo agradeció en nombre sus hermanos, a todos los que, en los pueblos más olvidados de Bolivia, se dedican a aliviar el hambre y las necesidades, “es necesario agradecer a todos los que aportan con los cinco panes de cebada y los dos peces para saciar el hambre de nuestro pueblo”, agregó y animó a seguir trabajando, sin cansarse como testigos de Cristo resucitado son su entrega y su amor.
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