Hermano Sierra: educar y evangelizar entre los pobres como testigos de comunión
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“En este Capítulo General hemos analizado los caminos que miran a nuestra propia familia, a nuestra propia estructura, a nuestras propias comunidades, personas, vocación Lasaliana; como también hacia afuera, la promoción de la justicia, el compromiso con los más necesitados, la ecología integral, la economía”, lo dijo el Hermano Jorge Sierra, miembro de la Comisión Preparatoria y Coordinador del 46 Capítulo General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, explicando el desarrollo de la asamblea capitular que concluyó este 22 de mayo, en el que fue elegido el Hermano Armin Luistro, como nuevo Superior General y 28 sucesor del fundador San Juan Bautista de La Salle.
La “indagación apreciativa”, metodología del Capítulo
El desarrollo de este 46 Capítulo general ha sido muy enriquecedor, afirmó el Hermano Jorge Sierra, a pesar de haber tenido una semana menos de duración, pero con un ritmo fuerte de trabajo. “Hemos utilizado una metodología que es bastante conocida en algunos ámbitos de la Iglesia que se llama ‘indagación apreciativa’ – precisó el Coordinador – básicamente lo que intenta es fundamentarse en lo que ya está funcionando para intentar evaluar y proponer nuevos caminos que sean positivos. Es un enfoque que, en vez de ir hacia el déficit, hacia lo que nos falta, va hacia las fortalezas para hacerlas aún más fuertes y así poder responder a las debilidades”.
Las etapas del 46 Capítulo General
A partir de esta metodología, el Capítulo fue organizado en tres etapas. La primera etapa, indico el Hermano Sierra, la hemos llamado “la alegría de la acción de gracias”. Ha sido los primeros días para construir la comunidad capitular, para dar gracias por esta oportunidad, después del retraso del capítulo, por qué el capítulo se tenía que haber celebrado hace un año y por razones de la pandemia hubo que retrasarlo.
Después de esa etapa, que ha sido la más corta, hemos dedicado algo más de una semana a la etapa de recibir la información, a la que hemos llamado “la audacia de la verdad”. En ella, se han presentado numerosos informes, el informe del Superior General y de su consejo, los informes de los distintos secretariados, equipos de trabajo, de la asamblea internacional de la misión educativa Lasaliana que ha celebrado su primera fase hace un mes y otros informes de los distintos comités y equipos de trabajo que han estado trabajando durante los últimos 8 años. Allí, a través de distintas dinámicas algunas en el aula capitular hemos ido identificando los retos a los que deberíamos responder en el futuro y de un sueño para el Instituto de los Hermanos de La Salle y para la familia Lasaliana para el futuro.
Esa etapa segunda etapa terminó con un sueño y empezó la etapa que hemos llamado “la fuerza de las decisiones”. Ahí es donde los hemos distribuido en distintos grupos, en siete grupos de camino de transformación, para buscar esos nuevos caminos para transformar vidas, que queremos construir. Además, ha sido también la etapa en la que hemos elegido a nuestro nuevo gobierno central, al hermano Armin, como nuestro nuevo Superior General, primer Superior General que viene de Asia, en concreto de Filipinas y en el que hemos puesto la confianza para que nos guie en el futuro, acompañado por un equipo de una enorme riqueza, el hermano Carlos, Vicario General que viene de Colombia pero en realidad viene de África, dónde está trabajando como misionero y hermanos de todos los continentes de distintas edades, de distintos perfiles, que formarán este gobierno general que nos liderara para estos caminos.
Un desafío y un sueño para los próximos siete años
El desafío lo hemos definido de la siguiente forma:
“Los Hermanos de las Escuelas Cristianas llamados por Dios e interpelados por las diversas formas de pobreza e injusticia de nuestro mundo, asumimos la intuición fundacional y profética de la familia Lasaliana y nos comprometemos juntos y por asociación a ser testigos de comunión y esperanza a través del servicio educativo y evangelizador entre los empobrecidos”.
Este desafío es la renovación de lo que ha sido o ha querido ser La Salle durante los últimos 300 años, Juan Bautista de La Salle en el siglo XVIII francés, se sintió interpelado por la realidad de los niños y jóvenes pobres sin acceso a la educación y buscó una respuesta creando comunidades de maestros para atender a estos jóvenes. Nosotros queremos seguir lo mismo, seguir en fidelidad creativa haciendo lo mismo, adaptándonos a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades. Existimos para evangelizar, para llevar el evangelio allí donde es necesario, nosotros a través de la educación junto con otras muchísimas personas porque en La Salle no solo nos formamos los hermanos sino muchísimos colaboradores en todo el mundo.
Una vez identificado ese desafío con sus condiciones, que necesitamos, qué tipo de comunidades, qué tipo de presencias, se identificó el sueño. El sueño es donde nos gustaría estar dentro de siete años cuando se haga el siguiente Capítulo general y lo identificamos de una forma muy breve para que pudiera ser bien entendido y asumido por todos, dijimos:
“Soñamos con ser una familia Lasaliana con diferentes vocaciones que sea levadura para un mundo más fraterno, en salida, para encontrar a Dios en los pobres y promover la justicia”.
Ninguna de las palabras de ese sueño está puesta al azar, tampoco son como suele ocurrir en los Capítulos Generales cosas muy nuevas, son de nuevo volver a lo esencial, a lo nuclear de nuestra vida y de nuestra vocación, pero dejando claro que queremos seguir formando comunidades con distintas formas de vida entre nosotros para construir un mundo más fraterno. Es muy interesante porque el Papa Francisco cuando nos ha recibido sin haber conocido todavía este sueño y este desafío, en su discurso nos insistió mucho en claves que aquí aparecen, en ser verdaderamente hermanos, en la fraternidad y en ser verdaderamente evangelizadores, incluso utilizó una expresión que nosotros utilizamos muchas veces y que sale, por ejemplo, en el Directorio General de la catequesis, “evangelizamos educando y educamos evangelizando”. Para nosotros toda nuestra vida y nuestro compromiso está unido, no hay diferencia entre lo que hacemos, por ejemplo, en la clase de religión o en la clase de matemáticas, todo sirve para construir el reino de Dios.
Los retos de la sociedad a la educación
El Hermano Jorge Sierra hablando del carisma de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, dijo que todo el mundo educativo está viviendo grandes cambios desde hace años. El Papa Francisco lo resumió muy bien cuando dijo que se había roto el pacto educativo global entre las familias, los educadores, los alumnos y la propia sociedad y esto es verdad, en muchos lugares del mundo se necesita primero volver a decir que la educación es la mejor herencia que les podemos dar a nuestros hijos y que necesitamos una educación de calidad y que esté completamente preñada de los valores del Evangelio.
El desafío de la formación de los educadores como testigos
Uno de los retos enormes es incluir a las familias, la formación de los educadores, sobre todo, la formación de los educadores como testigos, eso es fundamental, es más fácil encontrar un buen profesor de física y química, que encontrar un profesor realmente comprometido por la educación que trate a los alumnos como personas, que ponga al alumno en el centro de todo el proceso y que esté al servicio de su educación más allá de los contenidos, pero mucho más allá de la mera transmisión de conocimientos. Esto es algo en lo que se está haciendo muchísimos esfuerzos y nosotros a través de las distintas fraternidades de la familia Lasaliana intentamos ayudar a nuestros compañeros educadores a vivir la vocación del educador.
El desafío de las apariencias y la interioridad
Otro gran desafío que tenemos es precisamente de la educación que para los alumnos sea lo que necesitan hoy, sin dejarnos llevar por modas o por apariencias, decir que es lo que necesitan nuestros jóvenes para que en el futuro estén preparados para responder a los nuevos desafíos en una sociedad que se desarrolla con tal rapidez, que parece que siempre vamos por detrás del desarrollo tecnológico o social, etc. Nuestra sociedad necesita de una educación que ponga en el centro la interioridad. Crecer por dentro no solo desde lo superficial, a veces las redes sociales, nos han llevado o llevan a pensar a muchos jóvenes que basta con las apariencias, las apariencias de un post en Instagram y qué felices parecemos y que exitosos cuando en realidad por dentro la persona quizás no esté construida. Nosotros creemos que la persona se construye también desde dentro y que no es diferencia o no debería haberlo entre el exterior y el interior, pero te debemos superar, pues esa superficialidad y además frecuentemente se convierte en egoísmo, no puede haber una escuela que este desconectada de su sociedad ni una sociedad que no valore el trabajo educativo.
Una gran familia Lasaliana en todo el mundo
Ante todos esos retos que la sociedad presenta a la educación de hoy, el Hermano Jorge Sierra señaló que, afortunadamente los compartimos con los casi 100,000 educadores Lasalianos en todo el mundo, con los que vivimos y que las muchas familias que confían en nosotros, en lugares del mundo muy diferente, si queremos construir esta familia pues es el reto de ahora y me atrevo a decir que probablemente sea el reto siempre con distintos matices, pero siempre estaremos llamados a esta construcción, por eso el lema de este capítulo ha sido “Construir nuevos caminos para transformar vidas”
El fraternal encuentro con el Papa Francisco
Finalmente, el Hermano Jorge Sierra manifestó su alegría por haber podido encontrar al Santo Padre. “Ha sido un enorme privilegio poder tener este encuentro, a mí como como encargado de la comisión preparatoria y la coordinación del Capítulo me sorprendió muy gratamente lo fácil que fue la gestión porque desde el primer momento el Papa quiso estar cerca de nosotros”. Pudimos disfrutar de cerca de media hora de encuentro con él en medio de un montón de compromisos que tiene donde pudimos presentarle al nuevo gobierno general y el hermano Armin nuestro nuevo Superior y él le leyó unas palabras en nombre de toda la familia Lasaliana, dónde nos ponemos a su disposición y dónde reiterábamos también nuestro compromiso con toda su misión, que al final es la misión de la Iglesia y es la misión a la que estamos llamados.
Después el Papa nos compartió un discurso donde nos subrayó mucho que nuestro nombre no debe quedarse en ser un nombre, si en nuestras escuelas decía que esto es una escuela cristiana, qué es así como lo llamamos, pues precisamente así tenía que ser no cristiano de nombre, sino porque aquí se vive el Evangelio con todas nuestras limitaciones, con todos nuestros problemas, pero se vive el Evangelio.
También nos dijo que nuestros nombres de Hermanos son muy valiosos, además en una congregación como la nuestra que no somos sacerdotes, todos somos hermanos y todos tenemos la misma consideración en nuestra familia. Y que fuéramos realmente constructores de fraternidad, son palabras que no resonaron muy dentro porque tenían pues muy incluidas de nuestra tradición de nuestro camino y a la vez fueron un ánimo y un acicate para nuestro trabajo.
Nos invitó como como suele hacer también a acercarnos a esas periferias, las cuales también necesitan una educación humana y cristiana, y que seamos realmente lo que tenemos, que no nos olvidemos de los que todavía no tienen acceso a la educación y concluyó pidiéndonos que recemos por él y por su misión, cosa que hacemos, con mucho gusto también le pedimos que siguiese rezando por nosotros y que siga guiando este gran barco de la Iglesia en el que nosotros también formamos parte.
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