Obispos de Brasil, grave el panorama actual en el país
“Violencia latente, explícita y creciente” en la sociedad, denuncian los obispos brasileños en un mensaje enviado al final de la primera fase de su 59º Asamblea General, celebrada del 25 al 29 del pasado mes de abril. El país se encuentra envuelto “en una compleja y sistémica crisis ética, económica, social y política”, y la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 ha hecho “estallar las desigualdades arraigadas en la sociedad brasileña”.
Los prelados, que recuerdan el hambre y la inseguridad alimentaria del segundo mayor exportador de alimentos del mundo, además del alto índice de desempleo y de trabajo informal, la explotación y degradación del medio ambiente, entre otros, expresan su esperanza de que los gobernantes “promuevan grandes y urgentes cambios”, piden que no se permita “la pérdida de los derechos de los trabajadores y de los pobres, que constituyen la mayoría del pueblo brasileño”, y que no prevalezca la lógica de la confrontación “que amenaza el estado de derecho democrático y sus instituciones, convirtiendo a los adversarios en enemigos”.
Entre las problemáticas que afectan el país, mencionan el clima de tensión y violencia en el campo y en las ciudades, y señalan que la liberalización y el avance de la minería en tierras indígenas y otros territorios, la flexibilización de la posesión y el porte de armas, la legalización del juego, el feminicidio y la repulsa de los pobres, “no contribuyen a la civilización del amor y hieren la fraternidad universal”.
En el recordar que en este contexto se acudirá a las urnas, subrayan que el voto determinará el proyecto nacional, motivo por el cual llaman al ejercicio de la ciudadanía “con una participación política consciente, capaz de promover la 'buena política'”, como dice el Papa Francisco. Piden votar “con conciencia y responsabilidad”, eligiendo los proyectos de candidatos comprometidos con la defensa integral de la vida, en todas sus etapas, sin olvidar los derechos humanos y sociales y nuestra casa común. "Todos los cristianos están llamados a preocuparse por construir un mundo mejor, a través del diálogo y la cultura del encuentro, en la lucha por la justicia y la paz", escriben, a la vez que expresan su satisfacción por los numerosos gestos de solidaridad de las diferentes comunidades brasileñas con ocasión de la pandemia y de las catástrofes naturales sufridas.
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