España: Crisis energética, paz y cuidado de la creación
Vatican News
“Escucha la voz de la creación” es el tema y la invitación de la Iglesia española para celebrar el Tiempo de la Creación de este año, un período ecuménico que comienza el 1 de septiembre con la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación y termina el 4 de octubre con la fiesta de san Francisco.
“Es un momento especial -explica el Santo Padre en su mensaje para la jornada - para que todos los cristianos recemos y cuidemos juntos nuestra casa común” y “una oportunidad para cultivar nuestra ‘conversión ecológica’”. Una conversión, puntualiza el Pontífice, que fue alentada por san Juan Pablo II como respuesta a la “catástrofe ecológica” anunciada por san Pablo VI ya en 1970, en su discurso con motivo del 25º aniversario de la FAO. Bajo esta premisa, la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia episcopal española (CEE) publicó un mensaje para esta jornada titulado: Crisis energética, paz y cuidado de la creación”.
Un momento especial en la vida de las naciones y en la vida de la Iglesia.
El mensaje de la CEE plantea el Tiempo de la Creación de este año se realiza en un “contexto de conflicto bélico de gran repercusión en la vida de Europa y especialmente en Ucrania”. Por ello, el llamado es a renovar nuestra fe y nuestra oración, pues “se ha puesto en cuestión la paz internacional y se están provocando graves daños a la casa común”. En otras palabras, el Tiempo de la Creación es “un momento especial en la vida de las naciones y en la vida de la Iglesia.
La guerra en Europa
“La guerra en Europa nos ha sorprendido a todos y ha puesto sobre la mesa la profunda interconexión entre la seguridad energética, el riesgo de un conflicto armado y el peligro de destrucción de toda forma de vida, que ya diagnosticó hace casi 60 años San Juan XXIII. Incluso, vuelven de nuevo amenazas y riesgos que parecían ya olvidados, pues en esta encrucijada emerge de nuevo con fuerza la ‘cuestión nuclear’, tanto en el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania, como en otras partes del mundo”, se lee en el mensaje de la CEE.
Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa recuerda que la Carta encíclica Pacem in terris de San Juan XXIII hacía ya una llamada a “todos los hombres de buena voluntad” a no sembrar el miedo en la humanidad y a no destruir la vida, una llamada que, desgraciadamente, sigue siendo actual en un tiempo como el nuestro, marcado por la guerra y la degradación medioambiental: “Los pueblos viven bajo un perpetuo temor, como si les estuviera amenazando una tempestad que en cualquier momento puede desencadenarse con ímpetu horrible. No les falta razón, porque las armas son un hecho”.
La cuestión medioambiental
Más adelante, el mensaje pasa a las preocupaciones que en la década de los ’60 ya se vislumbraban sobre la cuestión medioambiental. “Fue la época en la que las primeras voces científicas alertaron de la importancia del cuidado de la naturaleza y del profundo vínculo entre ese cuidado, la salud humana y la paz”.
En este contexto, la CEE recuerda que el Consejo Mundial de la Iglesias inició, poco después, la iniciativa ecuménica “Justicia, Paz e Integridad de la Creación” con la que la Iglesia Católica, con el paso del tiempo, se ha identificado.
Crisis energética y crisis alimentaria
“Hay una interdependencia evidente entre los atentados contra la paz y su incidencia en la casa común, en el orden de la Creación. Cuando ya estaba naciendo un cierto consenso para afrontar los problemas de fondo de la humanidad en el orden energético y en el orden alimentario, con la guerra se ha puesto en peligro el equilibrio en la disponibilidad de recursos alimentarios para numerosas poblaciones que dependen de los graneros sometidos a la violencia del conflicto y, sobre todo, están en riesgo alimentario importantes poblaciones de los países más pobres, pues son preferentemente esos países los que se están viendo especialmente afectados por las múltiples crisis sanitarias, geopolíticas y climáticas”, asegura la nota.
El texto también refiere las conclusiones de los expertos que, en su reciente Informe sobre Desarrollo Sostenible del año 2022, confirman que el camino para superar el delicado momento actual: paz, diplomacia y cooperación internacional son las condiciones necesarias para que el mundo progrese hacia la consecución de los objetivos de la Agenda 2030.
“La guerra de Ucrania y otros conflictos militares – subraya el mensaje - son tragedias humanitarias que tienen un gran impacto en la prosperidad y en las sociedades del mundo entero, especialmente en los pobres, y tienen la capacidad de ampliar las crisis climáticas y de biodiversidad”.
El compromiso de la comunidad internacional
El mensaje de la CEE para el Tiempo de la Creación recuerda que tanto España como la comunidad internacional se han comprometido en estos últimos años, a realizar una transición hacia el uso de energía no contaminante y lograr una agricultura sostenible, pues “sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes – sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas – necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”.
Afrontar los problemas ambientales “es inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares, laborales, urbanos, y de la relación de cada persona consigo misma, que genera un determinado modo de relacionarse con los demás y con el ambiente. Hay una interacción entre los ecosistemas y entre los diversos mundos de referencia social”.
Crisis que empobrecen
“Las diversas crisis retroalimentan procesos de empobrecimiento, especialmente en las personas más vulnerables y con menos recursos, como ya hemos visto en nuestro país: problemas para los transportistas, para los pequeños negocios, una alta inflación a la que se llama ‘el impuesto de los pobres’. De hecho, la crisis alimentaria ha supuesto una presión fuerte para la alimentación de los más pobres, pues la escasez fomenta la elevación de precios, y forma una alianza trágica con la presión de los precios de la energía. Todo ello incide en las condiciones de vida digna de los más vulnerables”.
Haciendo referencia a las palabras del Papa Francisco que recuerda cómo la doctrina social de la Iglesia muestra la necesidad de vincular el cuidado de la Creación y el fortalecimiento de la fraternidad en cuestiones que son esenciales para la vida de las familias y su supervivencia en bastantes ocasiones, el mensaje asegura que “las soluciones son complejas y requieren no solo de la innovación tecnológica y la adecuada financiación, sino también del diálogo político.
“Para afrontar los problemas de fondo – afirma el Papa en Laudato si’ - que no pueden ser resueltos por acciones de países aislados, es indispensable un consenso mundial que lleve, por ejemplo, a programar una agricultura sostenible y diversificada, a desarrollar formas renovables y poco contaminantes de energía, a fomentar una mayor eficiencia energética”.
Atención constante y profundidad espiritual
Al respecto, la Subcomisión de Acción Caritativa y Social subraya que aunque hasta hace poco se pensaba que “ese diálogo se había conseguido y nos encaminábamos hacia un continente en el que la protección del medioambiente y la paz eran metas a conseguir”, la situación en la que nos encontramos ahora, nos hace ser más cautos y nos empuja a recordar que tanto la paz como el cuidado de las relaciones personales y entre las naciones siempre están amenazadas.
De allí la exhortación a mantener una “atención constante y una profundidad espiritual” para que los cristianos puedan actuar en el complejo panorama actual. “En este tiempo de la creación pedimos al Creador que nos conceda la paz y nos ayude a vivir la fraternidad entre los pueblos”, concluye.
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