"Per Terre Lontane", el musical scalabriniano en Roma: una mirada a los últimos
Debora D'Angelo - Ciudad del Vaticano
“Per Terre Lontane” es el musical que pretende mantener viva la memoria de una historia, la de las migraciones, que es de todos y que está más vigente que nunca. Un espectáculo de ritmo variado que acompaña al espectador por las etapas más significativas de la vida del futuro santo para conocerlo y apreciarlo a través de la música y la danza. Una obra que, entre reflexiones y emociones, relata el compromiso de un hombre que recogió el grito de auxilio de quienes, en busca de la "tierra prometida", encontraron dolor y aflicción.
La cita está prevista para esta noche, sábado 8 de octubre, en el Auditorium del Massimo de Roma y habrá tres réplicas programadas durante el día. El padre Gabriele Beltrami, uno de los organizadores del evento: "Ha sido un camino de ida y vuelta, pero hemos hecho lo que hemos podido".
Mirando a los ojos de los últimos
Una mirada que se encuentra con Jesús es la de Juan Bautista Scalabrini que, en su vida, supo captar el sufrimiento y las esperanzas de tantos italianos que abandonaron su patria en busca de una vida digna. El obispo de Piacenza se hizo cargo de las penas de sus fieles obligados a buscar fortuna en el extranjero. El "padre de los migrantes" fundó la Congregación de los Misioneros de San Carlos para garantizar la asistencia espiritual y material a quienes dejaban atrás sus afectos más queridos.
Acogida, humildad y amor al prójimo
Los valores fundamentales de la orden de los Scalabrinianos son la acogida, la humildad y el amor al prójimo y, con motivo de la canonización del obispo de Piacenza, escenificarán una vida de servicio a los demás.
El sábado 8 de octubre se representará en Roma "Per Terre Lontane". ¿El musical forma parte del ambiente festivo de la canonización de Scalabrini?
"Es una forma más juvenil de comunicar ciertos temas y a través del arte el mensaje se transmite más fácilmente. El musical tiene una larga historia: nació en 2005 con motivo del centenario de la muerte de Scalabrini, con una puesta en escena mucho más compleja que la actual, a lo largo de los años el texto ha sido revisado y simplificado por Daniele Tani. Este joven de Tívoli tomó el guión en sus manos y lo readaptó, reconstruyendo todo el camino recorrido por los scalabrinianos, con especial atención a la atención prestada a los migrantes. Desde el punto de vista musical, se han mantenido muchas de las canciones de Roberto Baggio y se han añadido algunas canciones de nuestros jóvenes. Es una bonita mezcla de sacerdotes misioneros y laicos, con coreografías de nuestros jóvenes".
¿Cuál es la relevancia del mensaje de Scalabrini que también se desprende de este musical?
"La atención polifacética que Scalabrini tuvo hacia el fenómeno de la migración. Tuvo un primer acercamiento de emoción, y hemos insistido en ello al relatar su figura. Su alma sabía mirar con una mirada golpeada por los hechos y humedecida por las lágrimas, como aparece en el musical. En segundo lugar, una respuesta concreta a la situación de los migrantes, que nunca detuvo el obispo de Piacenza, mostramos cómo había trabajado en el siglo XIX para unir el Estado y la Iglesia y para sensibilizar a la sociedad civil con reuniones y escritos, a los que se suman las asociaciones que asistieron a los migrantes en los puertos de salida y llegada. En tercer lugar, la atención del párroco a la fe de los que se van y la importancia de "establecer redes" con las iglesias locales y los obispos para asegurar su práctica. En aquella época no se daba por descontado y a menudo se denigraba al inmigrante italiano; por ejemplo, para asistir a misa -como se dice en los escritos- tenían que pagar una silla. Por último, el musical introdujo el papel de las monjas misioneras scalabrinianas y del Instituto Secular con un gran enfoque en los jóvenes, que desempeñan un papel fundamental en la sociedad actual".
¿Qué camino ha tomado desde que el Papa anunció la fecha de la canonización del obispo de Piacenza?
“Un viaje de ida y vuelta para poner una serie de programas posibles sin saber la fecha hasta el consistorio del 27 de agosto. A pesar de que esto nos puso en un aprieto, conseguimos montar este espectáculo y poner en marcha una máquina que era el Gabinete de Comunicación, del que también formo parte como responsable de Europa y África. Quizás hubiéramos esperado una fecha más tardía, porque tener unos 40 días para organizarlo era complejo y sabemos que mucha gente no podrá asistir por una serie de razones logísticas, por lo que nos comprometimos a sensibilizar a una parte más local y europea para la participación”.
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