Beatificación del primer obispo del Uruguay será el 6 de mayo en Montevideo

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

“El Santo Padre ha concedido que la celebración de la beatificación del Venerable Siervo de Dios Mons. Jacinto Vera tenga lugar el 6 de mayo de 2023” en Montevideo. Así comienza el mensaje de los obispos del Uruguay, difundido este jueves 26 de enero en las redes sociales de la Conferencia Episcopal del país sudamericano (CEU).

El comunicado añade que el Papa Francisco estará representado por el Cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia.

Los prelados uruguayos recuerdan que el 17 de diciembre de 2022 el Obispo de Roma había promulgado el decreto que aprueba el milagro obtenido por la intercesión de Monseñor Vera. “Ahora –prosigue el texto- la Santa Sede nos comunica la fecha de la beatificación que habíamos solicitado los obispos del Uruguay, por ser el 6 de mayo el día en que recordamos su muerte (su dies natalis para el Cielo), acaecida en Pan de Azúcar en plena misión apostólica”.

Como expresaron los prelados en su mensaje de diciembre, Don Jacinto guió a la Iglesia uruguaya en tiempos difíciles, “llevó la frescura de vida y de gracia del Evangelio a todos sin distinción”, decían. También, escribían que, al final de sus días, “cosechó una admiración unánime de la sociedad de su época, aun de sus mismos adversarios, como quedó plasmado en los homenajes posteriores a su muerte”.

“Preparémonos para su beatificación, ya que será un acontecimiento memorable en la historia de nuestra Iglesia”, finaliza la CEU. Luego, el Episcopado comparte la vida y obra de Monseñor Vera.

Recordamos que la biografía oficial del futuro Beato se encuentra disponible en el sitio web del Dicasterio para las Causas de los Santos y se puede consultar haciendo clic aquí.

En los próximos meses, la CEU y la Arquidiócesis de Montevideo darán a conocer los detalles de la celebración del 6 de mayo.

“La memoria del justo será eterna”

En el boletín número 10 dedicado a la difusión de la vida y obra del primer obispo uruguayo, la Comisión escribe que, “sin duda es imposible detenernos por completo en cada aspecto de tan gigante figura, pero basta con tomarlo como compañero y ejemplo en nuestro camino de fe”. También retoman palabras de Monseñor Alberto Sanguinetti Montero, obispo emérito de Canelones y actor fundamental en el proceso, con la elaboración de la Positio, entre otras cuestiones. El prelado trazaba un esbozo de la figura de Vera describiéndolo como “testigo de la fe en su piedad, en sus palabras, en sus actos” y “modelo de caridad para con los más pobres”.

Vera “luchó para poner en nuestro pueblo la semilla de la fe y procurar que la fe impregnara toda la existencia. Sea él nuestro modelo y guía en esta misión de nueva evangelización”, declaraba Monseñor Sanguinetti. “Agradezcamos a Dios como buenos hijos habernos dado tal padre, maestro y pastor”, concluye la Comisión.

La divulgación de la figura de Vera, tarea de todos

En el mismo material, la Comisión reitera que “cada uno somos parte responsable en la difusión del conocimiento de Don Jacinto y de la devoción a él”. Por este motivo, animan a todos –hogares, colegios, capillas, parroquias, diócesis- a prepararse para su beatificación con la oración o cualquier otra actividad que pueden comunicar a la Comisión.

A su vez, mencionan las iglesias relacionadas con la vida de Vera (es decir, la Catedral de Montevideo, la Catedral de Canelones, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen del Cordón y la Parroquia de Pan de Azúcar) como “lugares privilegiados de peregrinación y oración”.

¿Cómo comunicar las gracias recibidas?

Para informar sobre las gracias recibidas por intercesión de Monseñor Vera, la Comisión invita a comunicarse por correo electrónico a jverapostulacion@icm.org.uy.

Oración al Venerable Jacinto Vera

Dios, Padre nuestro, que ungiste con el Espíritu Santo a tu Siervo Jacinto, eligiéndolo como primer Obispo del Uruguay, para que, como instrumento de Cristo, Buen Pastor, llevara a todos los rincones de nuestra Patria el Evangelio de tu Amor y los Sacramentos de la Salvación: Guía a nuestros obispos y sacerdotes.

Envía abundantes y santas vocaciones sacerdotales y religiosas. Une a nuestras familias en la verdad y en el amor.

Otorga a tus fieles santidad de vida y fortaleza para ser testigos del Evangelio de Cristo. Haz que vivamos según tus mandamientos, caminando bajo la luz de la fe, con la esperanza puesta en Ti, amándote con todo el corazón y amando al prójimo por amor a Ti.

Glorifica tu Nombre en tu Siervo Jacinto y concédele ser reconocido entre tus santos, para alabanza de tu gloria y edificación de tu Iglesia. Dame, Señor, por su intercesión, la gracia que humilde y devotamente te pido (breve silencio para que cada uno pida la gracia deseada) y ayúdame a conformar mi vida con tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.