El Sínodo, ocasión para una renovación de la Iglesia por los caminos del Evangelio
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
Una primera conferencia a varias voces abrió ayer por la tarde el "Curso de formación sobre la sinodalidad 2023" promovido por el Instituto Universitario Sophia de Loppiano en colaboración con la Secretaría General del Sínodo. En la modalidad en línea, en la plataforma Zoom y en el canal YouTube del Instituto, unas mil personas participaron en el seminario web inaugural, procedentes de todos los continentes. La segunda cita será el 6 de febrero.
Objetivo: ayudar a las comunidades a convertirse en "gimnasios de la sinodalidad"
Tras un primer momento de reflexión propuesto por la profesora de Teología Espiritual, Lida Ciccarelli, el coordinador académico, profesor Vincenzo Di Pilato, presenta a los oradores -el primero en tomar la palabra será el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo-, recordando lo que San Pablo decía a los cristianos de Tesalónica, comparando "la Palabra del Señor" con un deportista que "corre". Este es también el estilo del apóstol al proclamar el Evangelio. Para él, ser discípulo-misionero significa "correr" detrás de Jesús hasta el punto de poder decir al final de la vida "he terminado la carrera, he guardado la fe". Di Pilato afirma que el Curso que comienza quiere aceptar el mismo reto que encontró San Pablo, es decir, realizar juntas estas dos acciones aparentemente irreconciliables: 'correr' y 'conservar'. Y continúa diciendo que María de Nazaret es el ejemplo de quienes van de prisa y, al mismo tiempo, conservan en su corazón, contribuyendo así al desarrollo de la Verdad. También hoy, "obispos, teólogos, laicos y laicas, dotados de sensus fidei fidelium y de carismas, son conducidos en sinergia espiritual a la comprensión de toda la Verdad que es Cristo". El objetivo principal de este Curso es, por tanto, ayudar a transformar nuestras parroquias, diócesis, asociaciones, movimientos y comunidades en "gimnasios de la sinodalidad" -concluye el coordinador académico- donde nos entrenemos en equipo para correr tras la estela de Jesús y preservar la fe que nos han transmitido los que nos han precedido".
“Caminar juntos", el Papa Francisco sobre la sinodalidad
El cardenal Mario Grech, desde Portugal, centra su discurso en el libro: "Caminar juntos. Palabras y reflexiones sobre la sinodalidad", publicado recientemente por la Secretaría General del Sínodo, que sale a la luz en un momento en el que, tras la primera fase de escucha a nivel diocesano, "están a punto de celebrarse en los próximos meses siete Asambleas continentales, que tendrán la tarea de releer el tema del camino sinodal a partir de los contextos culturales y las instancias pastorales de sus territorios específicos". Los textos del Papa Francisco contenidos en el volumen, afirma el cardenal, ilustran "a toda la Iglesia lo que es sinodalidad y lo que no es sinodalidad, ofreciendo al mismo tiempo indicaciones concretas para crecer como Iglesia sinodal en el tercer milenio". En palabras de Francisco, un hilo de oro con algunas constantes junto con un desarrollo progresivo. El cardenal señala tres focos: el tema del discernimiento; el ministerio de los pastores; la gradualidad del camino que, dice, caracterizan decisivamente el "magisterio sinodal" del Papa Francisco. Se centran en la dimensión espiritual de la sinodalidad y en la obra del Espíritu Santo. Al abrir oficialmente el camino del Sínodo, el 9 de octubre de 2021 en Roma, recuerda que "el Santo Padre reiteró lo que viene afirmando casi con insistencia desde el inicio de su pontificado: El Sínodo no es un parlamento, (...) no es un sondeo de opiniones; el Sínodo es un momento eclesial, y el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo. Si no hay Espíritu, no habrá Sínodo. (...). Queridos hermanos y hermanas, ¡que este Sínodo sea un tiempo habitado por el Espíritu! (...) El Espíritu Santo es quien nos guía hacia donde Dios quiere que vayamos y no hacia donde nos llevarían nuestras ideas y gustos personales.
El Sínodo escucha al Espíritu Santo
Para el Papa Francisco, el Sínodo es escuchar al Espíritu Santo, dice Grech, "en el Sínodo no nos limitamos a escucharnos unos a otros, como en cualquier otra reunión. Hay un acto de fe en su base, fe en la presencia del Espíritu Santo en todos los participantes, "en la medida en que cada uno de ellos ha recibido en el bautismo y en la confirmación la unción del Espíritu", que es quien "crea la variedad preservando a la Iglesia de una rígida uniformidad". Pero, ¿cómo se realiza hoy ese "caminar juntos" que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio, se pregunta el cardenal Grech, y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal? Esto es lo que debemos comprender escuchando al Espíritu.
"El Sínodo -este es el segundo aspecto- no es la búsqueda de un compromiso entre partidos alternativos o inclusive opuestos. En el Sínodo no hay -o al menos no debería haber- vencedores ni vencidos, porque lo que prevalece no es la voluntad de la mayoría, sino la voluntad de Dios, que el Espíritu Santo permite reconocer a través de un acto comunitario de discernimiento". Se trata de descubrir "una 'tercera vía', que está en un nivel superior, que abre posibilidades inesperadas". Pero necesitamos esta obediencia al Espíritu estando abiertos a cosas nuevas. "Si el Sínodo se somete al Espíritu, no aleja a la Iglesia de Cristo y de su Palabra, sino que, por el contrario, la reconduce a los caminos del Evangelio".
La invocación del Espíritu es la "condición indispensable"
Un tercer aspecto que subraya el cardenal Grech al leer las palabras del Papa Francisco es la convicción de que "el Sínodo es invocación del Espíritu". La oración es, pues, "su condición indispensable". "Un sínodo se celebra ante todo de rodillas", afirma. Por eso, la antigua oración dirigida al Espíritu Santo, del Adsumus, atribuida a Isidoro de Sevilla y utilizada también en el Concilio Vaticano II, es valorada en el actual proceso sinodal. El Cardenal concluyó su discurso con las palabras iniciales de esta oración: "Estamos aquí ante ti, Espíritu Santo: estamos todos reunidos en tu nombre. Ven a nosotros, ayúdanos, desciende a nuestros corazones. Enséñanos lo que debemos hacer, muéstranos el camino que debemos seguir todos juntos..."
Una profunda renovación espiritual
"¿Qué es la sinodalidad? El camino hacia la renovación de la Iglesia", éste es el tema de la siguiente conferencia. El orador es el subsecretario del Sínodo, monseñor Luis Marín de San Martín. "En el camino hacia el Concilio Vaticano II"; "La eclesiología del pueblo de Dios"; "Cristo y la Iglesia"; "Participación y corresponsabilidad"; "Misión", algunos de los títulos abordados en su amplio discurso. "El proceso sinodal es un camino desafiante y nada fácil", dijo a modo de conclusión. "Exige que se superen ciertos paradigmas a menudo todavía presentes en la cultura eclesiástica, porque expresan una comprensión de la Iglesia que no ha sido renovada por la eclesiología de comunión". Entre ellas, recordó la concentración de la responsabilidad de la misión en el ministerio de los pastores, la insuficiente valoración de la vida consagrada, la insuficiente valoración de la contribución de los fieles laicos y, entre ellos, de las mujeres. "Necesitamos cambiar profundamente -continuó monseñor Luis Marín de San Martín- y estamos ante una gran oportunidad para hacerlo", abriéndonos al Espíritu.
El último en tomar la palabra fue Monseñor Piero Coda, Secretario General de la Comisión Teológica Internacional, con una intensa intervención en la que trató de responder a tres preguntas que muchos se hacen sobre el Sínodo, que él califica de don del Espíritu Santo a la Iglesia: ¿Qué significa este proceso sinodal que por primera vez en la historia de la Iglesia implica a toda la Iglesia y a todos en la Iglesia? ¿Qué significado tiene este acontecimiento para la misión de la Iglesia hoy y qué aportación puede tener en la sociedad y la cultura actuales? El significado, dice, lo vamos comprendiendo sobre la marcha. La inspiración es encender la conciencia profética de la Iglesia". Esto es lo que quería hacer el Vaticano II, reconoce, pero sigue habiendo muchas zonas grises. "Se trata de restablecer nuestro sentimiento de estar en comunión, participando todos en la misión". "La Iglesia sinodal -continúa monseñor Coda- restituye el horizonte por donde sale el sol: Cristo. El proceso sinodal es un proceso a través del cual el Espíritu Santo nos ayuda a tomar conciencia de esta presencia”. Y es un proceso largo, dice, que no terminará con el final del Sínodo, "pero el proceso se ha puesto en marcha". En cuanto a su alcance, afirma que es "verdaderamente trascendental". Es el inicio de un camino en el que toma forma un nuevo rostro de la Iglesia en su organización histórica". Es un nuevo comienzo. El punto de gravitación de la Iglesia de hoy, prosigue, es hacer de sí misma "una casa y una escuela de comunión, una casa y una escuela del nosotros". Esto nos hará más fieles a Jesús, cuyo mensaje central es la presencia de un Padre mientras todos somos hermanos. Tal "revolución copernicana, para la que se necesita una conversión espiritual al ‘nosotros’ y una práctica al ‘nosotros’ en la vida de la Iglesia, no puede dejar de tener repercusiones y un enorme valor también para el mundo", concluye monseñor Piero Coda, "porque pone en marcha un proceso que invita también a toda la humanidad a ampliar sus horizontes en la apertura y el diálogo entre las diversas culturas".
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