La Iglesia polaca ha prestado ayuda a unos dos millones de ucranianos
P. Paweł Rytel-Andrianik
Colectas récord de fondos y artículos de primera necesidad en las parroquias, miles de envíos de material a Ucrania, acogida de ucranianos en edificios eclesiásticos, atención psicológica, hospitalidad a niños en escuelas y guarderías son algunas de las actividades de la Iglesia católica en Polonia durante el año de guerra en el país del Este europeo. Desde el primer día de la guerra, el 24 de febrero, el arzobispo Stanisław Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, expresó en nombre de su Iglesia solidaridad con todos los ucranianos en Polonia y en su país, pidiendo que rezara por ellos y anunciando una colecta de ayuda en favor de ellos en todas las parroquias. Fue una colecta récord en los más de mil años de historia de la Iglesia en Polonia. Una elección replicada ahora, un año después del estallido del conflicto, nuevamente por monseñor Gądecki, que anunció una nueva colecta en todas las iglesias de Polonia para el domingo 26 de febrero. Según un comunicado, las distintas aportaciones han llegado a unos 2 millones de ucranianos, principalmente a través de Cáritas.
El agradecimiento del Papa
Durante la audiencia general de ayer, el Papa Francisco agradeció a los polacos su ayuda a los ucranianos, incluidos aquellos "que permanecieron en Ucrania, devastada por la guerra, llevando apoyo y esperanza a los habitantes de ese martirizado país. Recemos juntos por la paz".
Acogida de refugiados en casas y parroquias
No ha habido parroquia en Polonia que no haya ayudado a los refugiados", afirmó monseñor Krzysztof Zadarko, presidente del Consejo para la Migración, el Turismo y las Peregrinaciones del Episcopado polaco, en conversación con la Agencia Católica de Noticias. La Iglesia ha acogido y sigue acogiendo a refugiados de guerra en monasterios masculinos y femeninos, centros de Cáritas, centros pertenecientes a movimientos y comunidades, seminarios, edificios pertenecientes a diócesis, parroquias y también, a través de las parroquias, en casas de fieles. Familias ucranianas se refugiaron en palacios episcopales, entre ellos el de monseñor Marek Jędraszewski en Cracovia y el de monseñor Andrzej Jeż en Tarnów.
Miles de camiones y autobuses en ayuda de Ucrania
Sólo Cáritas envió más de 1.000 camiones de ayuda humanitaria a Ucrania. También envió más de 50.000 paquetes como parte de la iniciativa "Un paquete para Ucrania". Muchos autobuses fueron enviados por la Asociación Ayuda a la Iglesia del Este de los obispos polacos. El primer envío partió hacia Ucrania ya el 25 de febrero pasado. Los Caballeros de Colón enviaron a Ucrania más de 140.000 paquetes de alimentos y miles de abrigos de invierno, especialmente para niños. Los Padres Paulinos compraron 125 generadores eléctricos con los fondos recaudados entre los peregrinos del Santuario de Nuestra Señora de Jasna Góra. Los transportes humanitarios también han llegado a zonas de actividad militar, como Mariupol, organizados, entre otros, por la Orden Polaca de Caballeros de Malta. Según la Agencia Católica de Prensa KAI, hasta la fecha han pasado por el centro logístico abierto por el Servicio Médico de los Caballeros de Malta 189 camiones y autobuses y 109 remolques. Del mismo modo, desde el comienzo de la guerra la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada ha realizado numerosos transportes.
Presencia y apoyo espiritual in situ
Junto a la ayuda humanitaria en la Iglesia polaca, se necesita urgentemente ayuda espiritual. Los sacerdotes y religiosas que trabajan en Ucrania han permanecido junto a sus fieles. Son unos 250 sacerdotes, 154 monjas y 22 hermanos religiosos. Representan un gran apoyo para el pueblo y coordinan en Ucrania la ayuda que llega de Polonia y otros países. Como muestra de solidaridad con el pueblo que sufre en Ucrania, el Presidente de los obispos polacos, monseñor Gądecki, el arzobispo Wojciech Polak, Primado de Polonia, y el arzobispo Stanisław Budzik, Metropolitano de Lublin, viajaron a Ucrania el pasado mes de mayo. Los prelados visitaron, entre otros lugares, Kiev, Lviv, pero también Bucza e Irpin, escenario de asesinatos masivos en Ucrania.
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