Celebración de los 150 años de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret
Maria Camprodon - Vatican News
El pasado 28 de junio las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret iniciaron su año de preparación y celebración por el 150 aniversario de la congregación, que culminará el 15 de junio de 2024 con la Eucaristía de Clausura en el Templo de la Sagrada Familia en Barcelona (España).
Fundación y misión
En 1874 San Josep Manyanet i Vives, sacerdote católico español, fundó la congregación religiosa femenina, junto con la Madre Encarnación Colomina i Agustí, para honrar y propagar el culto a la Sagrada Familia de Nazaret, mediante la educación católica de niñas y jóvenes. Su misión consiste en “seguir a Jesucristo anunciando el misterio de Nazaret, para ayudar a las familias a vivir su fe, a crecer como familia y a educar a los hijos”, así lo explica la hermana Ramona Gabarro. Una misión que forma familias cristianas, y que sigue siendo la misma después de un siglo y medio de labor.
Esta “familia para las familias”, como la llamaba su fundador, ha tenido una “adaptación total” durante los años, asegura la hermana Maria Dolors Gaja. “No pretendemos reaccionar, adaptarnos cuando lo hace necesario una pandemia” sino buscar la “innovación educativa” poniendo a los niños “en el centro del aprendizaje”, comparte. De hecho, como comunicaron las misioneras el pasado 28 de junio, el proyecto educativo Nazaret “es un referente de innovación pedagógica seguido por directivos y centros escolares de diversos países del mundo”. Efectivamente, hay 40 colegios de Nazaret por todo el mundo, en Europa, América, África, Ásia y Oceanía.
Con una mirada al futuro
La celebración de los 150 años “es un momento de identidad, es un momento de gozo y es un momento de futuro”, un futuro que ven con “esperanza”, reconoce la hermana Maria Dolors.
Las misioneras se sienten parte del “Fratelli Tutti” del Papa Francisco, uniéndose a la corriente de hermandad en la Iglesia, conviviendo entre congregaciones. Así lo hacen en Timor, donde tienen una escuela de magisterio compartida con las Esclavas de la Eucaristía. “Hace 50 años era impensable que dos congregaciones fundaran la misma obra; hoy en día, son los nuevos caminos”, subraya la hermana Maria Dolors Gaja.
Por el momento les espera un año con muchas actividades: presentaciones de libros, congresos pedagógicos para docentes, celebraciones de Eucaristías o campamentos con los niños y niñas. "Celebrar es saber que has recibido un don que es para los otros", expresan las hermanas, y sienten que este también es, y será, un tiempo de gran “crecimiento espiritual para la Congregación”.
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