Obispos peruanos: “¡No a la violencia destructiva, ni un muerto más!"
Vatican News
“El derecho a la protesta está garantizado constitucionalmente en el Perú”. Es el primer punto de la declaración de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ante la anunciada “tercera toma de Lima”, una movilización convocada por organizaciones sociales, estudiantes y gremios sindicales prevista para este miércoles 19 de julio en rechazo del actual gobierno de la presidenta Dina Boluarte y del actual Congreso Nacional.
“En un estado de derecho la protesta es un pilar democrático de quienes no están de acuerdo con una determinada gestión política o administrativa”, continúa el mensaje.
Los obispos advierten que “la violencia y/o el vandalismo, vengan de donde vengan, deslegitiman el derecho a la protesta” y están en sintonía con el parecer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre el caso peruano. “Los actos de violencia -afirma el citado documento- no están protegidos por el derecho a la protesta”. Por tal motivo, subrayan que “la vulneración de la paz social y el orden público exigen la intervención de las instituciones responsables de garantizar los derechos ciudadanos”. “Ningún peruano(a) tiene la potestad de levantar la mano contra otro(a)”, añaden.
Los Prelados escriben que "el respeto a los derechos humanos es una obligación de todos, de ciudadanos y agentes del orden, y todos debemos ser rigurosos en su estricto cumplimiento; así mismo, debemos respetar y velar la vida, el derecho al trabajo, al libre tránsito y a la salud".
Asimismo, reivindican que “el respeto a los bienes públicos y la propiedad privada es una exigencia, no una alternativa”. En este sentido, sostienen que “se debe evitar el cierre de vías públicas, facilitar el traslado de emergencias de salud y el acceso al socorro de los bomberos”.
“El Gobierno Peruano, en todas sus instancias -agrega el comunicado- tiene la imperiosa obligación de escuchar al pueblo peruano y no ser ajenos a sus urgentes necesidades y justos reclamos, porque no hay democracia sin presencia y participación de la población; pero esta tiene que estar organizada con presencia activa, debe tener dirigente con nombre y rostro propios; solo así, las autoridades con la ciudadanía podrán estar legitimadas para el logro y progreso del Perú”.
La CEP exhorta, pues, a no perder la esperanza:
"El Perú es nuestro y nosotros somos los únicos responsables de sacarlo de la crisis política, social, económica y moral; así mismo, estamos llamados a respetar y proteger la gran riqueza cultural de nuestro pueblo", dice.
El Episcopado concluye con un llamamiento “al diálogo a la gran familia peruana, un diálogo entre todas las Sangres, no a la indiferencia egoísta, ni a la violencia destructiva, es momento de unirnos para buscar el bien común de todos los peruanos”. “¡Seamos constructores de paz, progreso y esperanza!”, exclaman.
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