Mensajes de la Iglesia en América Latina sobre la violencia a las mujeres
Vatican News
“Herir a una mujer es ultrajar a Cristo, que tomó su humanidad con la encarnación en una mujer-madre llamada María. Del cuerpo de la mujer ha salido la salvación para la humanidad. El Papa Francisco, en su homilía del 1º de enero de 2022 nos dijo ‘por cómo tratamos a la mujer entendemos nuestro nivel de humanidad’”, destaca el mensaje de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Es así como el documento, suscrito por Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, O.F.M., presidente de la CEP y arzobispo de Trujillo, señala que las mujeres reclaman justicia en una sociedad signada por la violencia sexual y las desigualdades económicas y por la tendencia a tratarlas como objetos. “Llevan las cicatrices de la trata de seres humanos, de las migraciones forzadas y de las guerras”, añade.
Más respeto hacia las mujeres
En otro momento del texto, se afirma que las mujeres esperan una Iglesia más proactiva donde sean respetadas, reconocidas y participen en todos los procesos integradores y pastorales.
“Urge como sociedad -enfatiza el pronunciamiento- reflexionar sobre este problema y sobre las acciones que podamos emprender para poner fin a la violencia contra las mujeres. El acompañamiento y la decidida promoción integral de las mujeres deben caminar al mismo ritmo”.
Monseñor Cabrejos recordó que “en Cristo, mujeres y hombres están revestidos de la misma dignidad bautismal y reciben en igual medida los dones del Espíritu Santo (Gálatas 3,28). Desde el principio, la creación articula unidad y diferencia, dando al hombre y a la mujer una naturaleza, una vocación y un destino compartidos y dos experiencias distintas de lo humano”, anotó.
Datos escalofriantes sobre violencia a las mujeres
Desde el año 1999, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y este año se conmemoró con una eucaristía presidida por monseñor Ulloa, en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, donde participó la ministra de la Mujer, doctora Juana Herrera Araúz y su equipo ministerial
En una emotiva homilía el arzobispo de Panamá, José Dominigo Ulloa Mendieta, manifestó lo impresionante del número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas, de las que el 86 % vive en países donde no existe protección legal contra la violencia, según datos UN Women. El prelado afirmó que las mujeres que logran somper su silencio, representan un grito de socorro "que no podemos ignorar mirando para otro lado. Y añadió que las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad".
Por otro lado, Ulloa advirtió que jamás podemos normalizar ni adoptar una actitud de indiferencia, ante este grave problema que afecta a la mujer, a quien debemos defender sin importar su credo, condición social, etnia o procedencia. “No basta con indignarse, dijo, debemos reaccionar ante esta tragedia de tantas otras mujeres cuyas vidas han sido apagadas de manera brutal”.
Mons. Ulloa pidió orar por las mujeres que son víctimas de la violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su sufrimiento sea considerado y sea escuchado por todos. Y consideró un avance positivo las iniciativas que se han hecho en el país en defensa de la mujer. Como por ejemplo, la creación del Ministerio de la Mujer, que este 25 de noviembre cumplió un año, y que cuenta con 17 Centros de Atención Integral, que ofrecen a nivel nacional, incluyendo a tres comarcas, los servicios psicológico, legal y social sin costo alguno, donde se cumplen los principios de privacidad y confidencialidad, en la que pueden llamar o acudir las afectadas.
Alabó también la Campaña lanzado por el Ministerio de la Mujer denominada “No Normalices la Violencia contra las Mujeres” para la prevención de este flagelo que afecta a toda la sociedad. Panamá no se libra de ver a sus mujeres víctimas de violencia psicológica, violencia verbal, violencia física, violencia sexual y violencia espiritual. es urgente, afirmó por último, no permanecer indiferentes y, sobre todo, no acostumbrarse a estas situaciones.
Finalmente se dirigió a las mujeres que son violentadas al decir: “Mujer, no estás sola, si sufres cualquier clase de violencia, no calles. Estamos para ayudarte y protegerte, a través de instancias de la Iglesia y del Ministerio de la Mujer”.
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