Organizaciones religiosas en la solución de la crisis climática
Vatican News
Este es el mensaje que el padre Aris Miranda, misionero camilo y director ejecutivo del Camillian Disaster Service International (Cadis), ha enviado a los líderes de la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2023, que se llevará a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre en la Expo City de Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
Tal como informa la Agencia Fides, el misionero, quien acaba de regresar de Bangkok, donde se ha celebrado la conferencia anual que ha reunido a 37 líderes y miembros de Cadis en representación de diecisiete países, ha instado a los líderes presentes en la Conferencia de Dubái, más comúnmente conocida como COP28, a responder al llamado colectivo para tomar medidas urgentes y decisivas con respecto al clima.
Así lo declaró el director de Cadis, quien añadió: “Como representantes de las comunidades vulnerables de nuestros respectivos países, nos une un compromiso común con la justicia, la compasión y la gestión responsable de nuestro planeta”.
“La encíclica Laudato si' del Papa Francisco destaca el concepto de ecología integral, resaltando la interconexión de los sistemas sociales, económicos y ecológicos. Como personas de fe, estamos dispuestos a colaborar con gobiernos, ONG y todas las personas de buena voluntad para hacer frente a los desafíos urgentes que plantea la crisis climática. Juntos, trabajamos por un futuro sostenible y equitativo para todos”.
Un cambio hacia el desarrollo sostenible
“Un enfoque integrado del desarrollo sostenible que respete el medio ambiente y la dignidad humana es de vital importancia, insiste el padre Aris. Nuestra defensa en la COP28 debe reflejar esta convicción, instando a los delegados a adoptar políticas que promuevan un cambio hacia el desarrollo sostenible”.
En conclusión, el director de Cadis ha hecho un llamamiento explicando que “para avanzar hacia la plenitud de la vida y lograr comunidades resilientes convertidas ecológicamente, instamos a todas las personas de buena voluntad, especialmente a los delegados de la COP28, a reconocer el papel crucial de las organizaciones religiosas en los esfuerzos humanitarios y la gestión medioambiental, así como la importancia de la espiritualidad, los valores y las tradiciones religiosas como voces relevantes para resolver la crisis climática y para dar forma a políticas y programas. Que las decisiones tomadas en la COP28 reflejen los valores de justicia, compasión y solidaridad que nuestra tradición religiosa defiende”.
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