La Iglesia en El Salvador da inicio a proyecto en favor de niñez
Vatican News
El proyecto organizado por la Nunciatura y la Iglesia salvadoreña buscará brindar herramientas para sobrellevar situaciones de vulnerabilidad a través de 5 pilares: educación integral, asistencia nutricional, médica, psicológica y espiritual y familiar a niños y jóvenes salvadoreños. Según un comunicado de la nunciatura, la iglesia comenzará el proyecto con 200 niños. De la misma manera, se incentiva a la sociedad salvadoreña a unirse para lograr un mayor impacto en la niñez.
El proyecto será gestionado por la Conferencia de Religiosos, en colaboración con congregaciones religiosas y entidades católicas, en colegios y escuelas parroquiales. Sembrando Semillas de Esperanza responde así a las necesidades específicas de este grupo demográfico, abordando factores como la falta de servicios educativos, desigualdades sociales, efectos post pandemia y/o migración de familiares.
Proyecto aprobado por el Papa Francisco
Esta iniciativa ha sido aprobada por el Papa Francisco y representa un compromiso significativo para contrarrestar las desigualdades existentes, se lee en el texto, además se brindarán oportunidades tangibles de desarrollo a aquellos que enfrentan dificultades. La iglesia busca ser agente de cambio en las realidades de más de los niños y los jóvenes, transformando vidas y contribuyendo a la construcción de un futuro más esperanzador. Además, incentiva a la sociedad salvadoreña a sumarse el proyecto para lograr un alcance mayor a través de apadrinamiento de niños al contribuir con $20 al mes o unirse al equipo de voluntarios que trabajarán a favor de la niñez.
¿Qué hacer por los más necesitados?
¿Cómo podemos disfrutar de nuestra vida, aparentemente perfecta, cuando hay niños y jóvenes que no gozan del cuidado de una familia y tampoco reciben cariño y ternura, viviendo marginados, excluidos de nuestras comunidades eclesiales y civiles? con esta pregunta, el nuncio apostólico, Monseñor Luigi Roberto Cona se dirigió a los presentes. En su reflexión, cuestionó ahora que se acerca la Navidad, ¿qué sentido queremos donar a esta fiesta? Acaso será la mera fiesta de las tiendas enriquecida de luminarias y de música navideña o, de nuestros ojos emocionados viendo el belén, haciéndonos recordar nuestra niñez; de las correderas de una tienda a la otra, para agarrar hasta el último regalo, dijo.
Si miráramos con atención a los personajes del pesebre, nos daríamos cuenta que en el fondo ellos son una denuncia social: atrás del romanticismo, se oculta la dura realidad de la Navidad de nuestro Señor. Él nació pobre, en medio de la precariedad del viaje de una familia con escasos recursos; fue puesto en el pesebre como un desterrado, como un prófugo; no había lugar por ellos en Belén y los pastores que acudieron eran también ellos marginados.
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