Brasil: Un minibús ofrece dignidad a los hermanos sin hogar
Alessandra Oliveira, Patricia Almeida y Maria Eduarda Alves
La Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, presente en 97 países, a lo largo de 2023, ha conmemorado los 400 años desde la primera inspiración recibida por su fundadora, Luisa de Marillac, respecto a la fundación de la Comunidad. El 4 de junio de 1623, el día de Pentecostés, Santa Luisa de Marillac fue a la iglesia de Saint Nicolas des Champs, en París, para rezar y participar en la misa. Estaba preocupada por su futuro como esposa y madre, y tenía dudas de fe. Ese día, recibió una inspiración sobre la fundación de la Comunidad conocida como “Luz”.
Luisa se iluminó sobre la necesidad de quedarse con su marido, pero también de emitir votos de pobreza, castidad y obediencia en una pequeña comunidad dedicada al servicio del prójimo. Sin embargo, no sabía cómo hacerlo dados los numerosos compromisos que tenía.
Santa Luisa de Marillac comprendió que podía vivir en comunidad al servicio del prójimo, aceptando a Vicente de Paúl como su director espiritual. Diez años más tarde, en 1933, fundaron juntos la Compañía de las Hijas de la Caridad. Dedicada a los pobres, a los enfermos y a los niños abandonados, se extendió por París y otras regiones. Hoy, el espíritu de Pentecostés sigue guiando a las Hijas de la Caridad en proyectos como el Micro da Caridade en Brasil.
El proyecto “Micro da Caridade”
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de la provincia de Recife, presentes en el noreste de Brasil en diversas obras sociales, sanitarias y educativas, fieles al carisma e impulsadas por la invitación del Papa Francisco a ir a las periferias, han sentido el deseo de ir más allá de sus trabajos cotidianos para responder a las necesidades de los hermanos sin hogar. La vulnerabilidad de las personas sin hogar y la inseguridad alimentaria son problemas crecientes en Brasil, agravados en 2020 y 2021 por la pandemia del Covid-19. El Proyecto Micro da Caridade nació de la acción social de proporcionar comidas diarias a las personas sin hogar y realizar rondas en la ciudad de Recife. Se percibía la necesidad de ofrecer servicios higiénicos esenciales, como baños, ropa limpia y atención sanitaria básica, que para ellos eran un lujo inaccesible.
Gracias a la financiación internacional, se ha instalado un minibús con duchas, enfermería y barbería. La iniciativa está dirigida a unas sesenta personas sin hogar, a las que ofrece baños, ropa limpia, productos de higiene personal, apósitos y una comida, sobre la base del principio cristiano de asistencia humanizada. El Proyecto Micro da Caridade cuenta con la participación de voluntarios de diferentes áreas, como conductores, peluqueros/barberos, enfermeras, médicos y personal de apoyo. Una vez a la semana, estos voluntarios donan su tiempo y sus habilidades, dando indicaciones sobre los centros de asistencia, como la Fazenda da Esperança, y ofreciendo ayuda en la reorganización de los documentos personales.
Proclamar la Buena Nueva
Como Hijas de la Caridad, anunciamos el amor misericordioso de Dios a través de nuestro servicio, siguiendo el ejemplo de San Vicente de Paúl. Colaboramos con otras ramas de la Familia Vicenciana para promover la caridad, movilizando a personas de buena voluntad y organizando una red de servicios y asistencia a los pobres. El proyecto es transformador y busca promover la salud y el bienestar, posicionándose como tercer objetivo de desarrollo sostenible.
Existen otras iniciativas similares coordinadas por grupos de la Iglesia y organizaciones no gubernamentales, todas encaminadas a devolver la dignidad a las personas despreciadas e ignoradas por la sociedad.
Los beneficiarios del proyecto Micro da Caridade se sienten acogidos y tratados como seres humanos, según informan ellos mismos. Su difusión se produce a través del boca a boca, lo que ha llevado a un aumento semanal de las personas asistidas.
Esta idea no es exclusiva de las Hijas de la Caridad, ya que otras iniciativas similares, coordinadas por grupos religiosos y organizaciones no gubernamentales, buscan a su vez promover el bienestar y la salud para todos. Nuestro servicio debe ser desinteresado, permitiendo que Dios actúe en nosotros a través de todas las personas que encontramos. Debemos trabajar de forma creativa con los demás y ser valientes, comprometidos, flexibles y abiertos a la colaboración.
Como Hijas de la Caridad estamos llamadas a ayudar a los hermanos sin hogar, incluidos niños, jóvenes, adultos y ancianos que enfrentan otras formas de pobreza, como la soledad, el abandono y la invisibilidad. Debemos buscar y encontrar a los olvidados, ofreciendo ayuda práctica y permaneciendo fieles a nuestros Fundadores que respondieron al llamado de servir a Cristo en los Pobres.
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