Jornada de oración en Haití por la liberación de todos los secuestrados
Jean-Benoît Harel - Ciudad del Vaticano
"¡Que dejen de pisotear la dignidad inalienable de los hijos de Dios!". Este es el grito del corazón de Monseñor Max Leroys Mesidor, Arzobispo de Puerto Príncipe y Presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana, y del Padre Morachel Bonhomme, Presidente de la Conferencia Haitiana de Religiosos.
En un comunicado de prensa conjunto publicado el lunes 22 de enero, los dos referentes eclesiásticos condenaron "enérgica y firmemente" el secuestro de ocho personas en la mañana del viernes 19 de enero, entre ellas seis religiosas de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana.
Compadeciéndose de las familias de todas las demás personas secuestradas, hicieron un llamamiento a los dirigentes haitianos para que asuman su responsabilidad: "Es hora de tomar las medidas necesarias para erradicar las plagas del secuestro y de la violencia de los grupos armados, que hunden al país en una situación cada vez más confusa y caótica".
A continuación, el comunicado se dirige directamente a los secuestradores, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de todos los secuestrados. "¡En nombre de Dios, a quien deben temer, detengan estas prácticas abyectas y criminales que profanan esta tierra sagrada que Dios nos ha dado!".
Por último, el obispo Mesidor y el padre Bonhomme anunciaron que dedicarán el miércoles 24 de enero a la oración, la meditación y la adoración eucarística. Invitan a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos a organizar "en todas las parroquias y comunidades una cadena de oración incesante por la liberación de los secuestrados y de sus familias".
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