Negociaciones de paz en Colombia: "Se trata de justicia"
Christine Seuss - Ciudad del Vaticano
El director general de la organización latinoamericana de ayuda Adveniat, Martin Maier, habla con Vatican News sobre la situación.
Padre Martin Maier, usted es el director general de Adveniat. El martes comenzaron en Bogotá las conversaciones entre el gobierno y los disidentes del EMC, un grupo disidente de las FARC que nunca se ha sumado al proceso de paz. Esta es ya la tercera ronda de conversaciones. ¿En qué deberían centrarse estas conversaciones?
Estas negociaciones deben centrarse en la prórroga del alto el fuego entre el gobierno y este grupo guerrillero en particular, que expira el 15 de enero. Deben abordar la cuestión de los secuestros y, por supuesto, las cuestiones más amplias de la reforma agraria, la justicia social y la disolución de los grupos paramilitares.
¿Cuál es la situación general de los grupos armados disidentes en Colombia? Ya hubo un rayo de esperanza hace unos años, cuando el Papa Francisco visitó el país en 2017 y muchos grupos rebeldes decidieron deponer las armas. La principal guerrilla, las FARC, se disolvió. Qué hizo que la situación cambiara de nuevo?
En 2016 se firmó un amplio acuerdo de paz entre el gobierno y el principal grupo guerrillero, las FARC. Sin embargo, no todos los miembros de las FARC apoyaron este tratado de paz y algunos grupos disidentes siguen luchando. Uno de estos grupos es el Estado Mayor Central (EMC) de las FARC. Hay una ventana de oportunidad para una paz integral con el nuevo gobierno de Gustavo Petro, que se instaló en agosto de 2022. Este es el programa que se ha trazado Gustavo Petro: Paz total, es decir, una paz integral. En este momento estamos negociando con un total de ocho grupos armados, y son negociaciones difíciles, pero todavía hay esperanza de que se puedan dar pasos hacia la paz y la reconciliación.
Objetivo: la paz total
El Papa Francisco también intervino el domingo pasado, pidiendo la liberación de todos los secuestrados en Colombia, calificándolo de gesto que sería un "deber para con Dios" y que además promovería la reconciliación y la paz en el país. Entonces, ¿cuál es la magnitud del fenómeno del secuestro, que usted también ha mencionado, y cuál es el objetivo de la guerrilla?
El Papa Francisco tiene un interés muy personal en el proceso de paz y reconciliación en Colombia. Y es totalmente inaceptable secuestrar personas y obtener así -como dicen los grupos guerrilleros para justificarse- los fondos que dicen necesitar. Ha habido años en los que ha sido mucho peor, pero el año pasado los secuestros volvieron a aumentar en general. El número de secuestros se estima en 241, y éste es también un tema en las negociaciones de paz con otro grupo guerrillero, el ELN. En diciembre se acordó también con el ELN que éste no secuestraría en el futuro a personas inocentes para extorsionarlas y perseguir objetivos políticos.
La delincuencia relacionada con las drogas, un cáncer
Muchas personas en Colombia sobreviven únicamente de actividades ilegales, como el cultivo de coca. Y eso, por supuesto, es un caldo de cultivo para la delincuencia y la violencia. ¿Qué puede hacer el gobierno al respecto?
Este es el cáncer que está destruyendo Colombia y muchos otros países latinoamericanos: la delincuencia relacionada con las drogas, el cultivo de drogas, las mafias de la droga. Y el gobierno no está haciendo lo suficiente en este ámbito. Ha perdido el control sobre regiones enteras del país. Por eso es importante que la Iglesia proponga alternativas. Adveniat apoya proyectos de alternativas, en agricultura y otros proyectos, e intentamos, junto con la Conferencia Episcopal Colombiana, contribuir a este difícil proceso de paz y reconciliación.
Seamos optimistas y digamos que en las actuales negociaciones con este grupo rebelde se producirá un gran avance, es decir, que se prorrogará el alto el fuego que está a punto de expirar y que todos los rehenes serán liberados incondicionalmente. ¿Cómo podrían continuar las cosas?
Las cuestiones más globales se pondrían entonces sobre la mesa. La reforma agraria, la cuestión de la justicia social. Hace veinte años, tuve la oportunidad de hablar con el Premio Nobel Gabriel García Márquez sobre la situación en Colombia. Y le pregunté: ¿qué haría falta para que Colombia encontrara realmente la paz y la reconciliación? Y me respondió con una contrapregunta: "¿Se te ocurre un país más injusto? Se trata de justicia social, de reforma agraria y de una reorganización completa del Estado colombiano.
Son objetivos ambiciosos que el Gobierno debe perseguir. ¿Cómo ayuda Adveniat en esta difícil situación?
Como organización benéfica latinoamericana, llevamos mucho tiempo trabajando en Colombia, con la Conferencia Episcopal, en las diócesis, con las comunidades religiosas, e intentamos sembrar semillas de paz y reconciliación. Una cosa es firmar un tratado de paz y otra construir la paz. Y Colombia ha sufrido una guerra civil de 60 años que ha dejado muchas heridas. Se trata de la reconciliación, de sentar a la mesa a los grupos que lucharon juntos, de la verdad, de la justicia, del perdón y de la reconciliación. Es un proceso difícil que lleva tiempo. Pero es el camino que Colombia debe seguir ahora.
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