Santa Mama Antula, tejedora de encuentro y fraternidad
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
En 2017, Claudio Perusini sufrió un ACV sin darse cuenta, de manera repentina. Cuando un amigo se enteró de su situación, se dirigió hacia el hospital, le permitieron pasar al área de terapia intensiva y rezó durante tres horas. Monseñor Ernesto Giobando, obispo auxiliar de Buenos Aires y compañero de Perusini en el colegio secundario, visitó la casa de la madre de Claudio y le preguntó si habían oído hablar de Mama Antula. Allí contestaron que no, pues él no conocía este testimonio.
“En ese momento, le rezaron y Ernesto les contó que mucha gente estaba orando a Mama Antula, que era una beata. Y empecé a recuperarme”, comenta, cuando en realidad los médicos habían determinado que no viviría más de veinticuatro horas.
En febrero de 2018, según declara su esposa, María Laura Baranda, Monseñor Giobando les propuso recopilar la documentación para presentar en Roma, como parte de la causa de canonización. La respuesta fue afirmativa, pues consideraron que todo lo que sea para el bien de la Iglesia ellos estaban a disposición para hacerlo.
Tras un extenso proceso, llegó el gran día: el 11 de febrero de 2024, cuando el Papa Francisco proclamó santa a la Beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa en la Basílica de San Pedro. A Perusini le habría gustado ver toda esta historia “desde la otra vereda”, pero le tocó estar aquí y se manifiesta agradecido a Dios: “Estaba muy emocionado frente al altar, con mi mujer y mis dos hijos. No puedo pedir más cosas”.
Cuando comenzaron a conocer el testimonio de Mama Antula, descubrieron una mujer tenaz, que se fijaba un objetivo y persistía hasta concretarlo. “Ella es una verdadera revolucionaria”, sostiene Baranda, quien reconoce que le han rezado y creen verdaderamente en su intercesión, pero también sabemos que quien obra el milagro es Dios a través de ella.
Perusini y Baranda animan a leer la vida de la nueva santa e invocar su intercesión: "Con lo que nos ha pasado, es muy difícil ponerlo en palabras, solamente nos nace ponernos de rodillas y dar gracias a Dios. Tenemos la profunda convicción de que Dios está y va tejiendo todas nuestras vidas".
"Yo era una persona que podía hacer cinco, seis cosas a la vez, ahora hago una y cuando la termino, empiezo la siguiente, y la otra, y la otra", comparte Perusini. Asimismo, admite que todas las noches "arregla sus cuentas", en alusión al examen de conciencia, y que cada mañana se levanta con la certeza de que hay que luchar un día más y le da gracias al Señor. "No hago proyectos para la semana que viene. Estoy en las manos de Dios. Cuando Él quiera, acá estoy", expresa.
Para Baranda, nuestra sociedad se afana en el poseer, cuando quizá de un momento a otro "ya no cuentas más el cuento". "Nos preocupa y nos va a ocupar cómo ayudar a que los jóvenes crean que verdaderamente Dios está", subraya. Y al ser consultada sobre el modo en el que la nueva santa puede inspirar a las nuevas generaciones, reconoce que discernirlo será parte del desafío que tienen por delante.
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