García Cuerva: Que el espíritu misionero de Mama Antula nos haga cristianos inquietos
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Mama Antula es una mujer inquieta que ojalá nos haga cristianos inquietos, que ojalá nos haga encarnar verdaderamente la Iglesia en salida, como nos lo pide el Papa Francisco”, esto fue lo que destacó Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, explicando la importancia de la canonización de la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, primera santa argentina, que será canonizada este domingo 11 de febrero, en una celebración Eucarística presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro.
Mama Antula encarna la creatividad y audacia misionera
El arzobispo de Buenos Aires al referirse a Mama Antula dijo que “la figura de la primera santa argentina nos desafía como sociedad y como Iglesia a que no quede sólo en los altares el modelo de vida que ella nos ha dejado”. Y al recordar la figura de esta mujer laica del siglo XVIII que vivió en un tiempo difícil después de que el rey Carlos III había expulsado a los jesuitas de España y también del Virreinato del Río de la Plata, sin embargo, ella convencida de que los Ejercicios Espirituales eran una propuesta evangélica para la sociedad de la época siguió adelante y se animó con todo.
“Tenemos que repensarnos como Iglesia, cuando el Papa Francisco nos habla de la creatividad y la audacia y nos dice en Evangelii Gaudium 23, ‘el anuncio del Evangelio sin asco, sin miedo y sin demora’. Creo que Mama Antula encarnó ese espíritu misionero, ese espíritu audaz, ese espíritu creativo de en su tiempo anunciar el Evangelio. Por eso digo, su modelo de vida no solamente tiene que quedar en el altar, desde el domingo que será una santa, sino que también nos tiene que interpelar como argentinos”.
Elementos comunes entre Mama Antula y el Papa
Y al señalar los elementos que son el legado de María Antonia de San José de Paz y Figueroa, Monseñor García Cuerva dijo que, en primer lugar, podemos unir una frase de Mama Antula qué es esta idea de que los ejercicios espirituales son para todos, con una frase del Papa Francisco que dice que en la Iglesia hay lugar para todos.
“En la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, cuando decía que en la Iglesia tiene que haber lugar para todos, para todos, para todos. Fíjense como en algún modo hay una idea muy similar en lo que ella practicaba con los ejercicios espirituales y lo que sucede con lo que nos plantea el Papa Francisco”.
Otro elemento en común entre el Papa Francisco y la primera santa argentina, indicó el Prelado, se refiere a la cultura del encuentro.
“Qué más encuentro que lo que ella lograba en esos más de diez días de ejercicios espirituales en los cuales se encontraba gente muy distinta de la sociedad porteña, sin embargo, tenían un mismo interés, que era experimentar en la presencia de Dios en sus vidas y generar un cambio en sus vidas. Creo por un lado eso, el valor de lo que es la fraternidad y la cultura del encuentro. Por otro lado, está la idea que el Evangelio es para todos y en la Iglesia hay lugar para todos y esto lo repite Francisco todo el tiempo”.
Otro aspecto en común que destacó el Arzobispo de Buenos Aires fue el espíritu misionero de Mama Antula.
“No es una mujer que se quedó quieta, podríamos decir que ha encarnado la Iglesia en salida que también propone Francisco. Ella ha venido caminando desde Santiago del Estero a Buenos Aires, que son muchísimos kilómetros, inquieta también por llevar los Ejercicios Espirituales, cruzó a la otra orilla del Río de la Plata, a lo que era en ese momento la Banda Oriental, hoy República Oriental del Uruguay. Una mujer inquieta que ojalá nos haga cristianos inquietos, que ojalá nos haga encarnar verdaderamente la Iglesia en salida”.
No podemos permanecer indiferentes ante la realidad del país
Asimismo, Monseñor García Cuerva se refirió a la actual situación económica, social y política que está atravesando Argentina, que según los últimos datos del INDEC se está superando el 40% de índice de pobreza y tiene más de un 12% de índice de inflación.
“Por un lado, no podemos quedar indiferentes porque para nosotros los índices de pobreza, los índices de indigencia nos están hablando de rostros concretos, de hermanos concretos que la están pasando muy mal. Desde hace años la Argentina desgraciadamente tiene estas cifras y nos tienen que doler en lo más profundo porque, insisto, no son números son rostros concretos y como siempre digo que la dirigencia política, empresarial, religiosa, todos tenemos un poco de responsabilidad en haber llegado a este cuadro de situación”.
Además, el Arzobispo de Buenos Aires señaló que se tiene que tener la enorme responsabilidad y grandeza de poder sentarnos a una mesa y poner cuatro o cinco puntos que sean en la Argentina políticas de Estado y sacar definitivamente de la situación que están tantos hermanos.
“Creo que los argentinos nos merecemos sentarnos a una mesa, mirarnos a los ojos, reconocernos hermanos. Hemos tenido experiencias en las que nos movilizamos todos como ha sido el Mundial, eso a los argentinos nos hermano enormemente. Es tiempo de que dejemos de lado está famosa grieta ideológica, cultural, para pensar en estos rostros concretos de este 40% de pobreza de nuestros hermanos que están viviendo la indigencia o la enorme inflación, qué es el impuesto de los pobres y digamos, bueno, cómo hacemos entre todos para sacar adelante nuestro país”.
Los desafíos de la Iglesia en Argentina
Y al referirse a los desafíos que la Iglesia en Argentina tiene que afrontar, Monseñor García Cuerva dijo que la alegría cristiana es la respuesta a la dura realidad y los tiempos difíciles que se está viviendo el país.
“La alegría cristiana no es un optimismo berreta o como decimos vulgarmente no es poner una sonrisa de plástico a los problemas de la vida. La alegría cristiana tiene que ver con saber que Jesús nos acompaña, es tener verdaderamente conciencia de que venció a la muerte para siempre con su resurrección. Saber que la alegría y la esperanza muchas veces nacen desde la cruz y que todos los días hay que elegir la actitud que tenemos que tener frente a la vida”.
Otro aspecto que señaló el Arzobispo de Buenos Aires fue el de la esperanza. La Iglesia, dijo el Prelado, tiene que ayudar a nuestra gente a que no baje los brazos, a que siga sosteniéndose en la esperanza y a que verdaderamente podamos sostenernos también en la alegría.
“No son necesarios diagnósticos terribles, la gente ya lo sabe, la gente ya lo vive, con solo ir al supermercado, con solo cobrar el sueldo a fin de mes ya la gente sabe todo eso. Entonces el desafío es como en esta tan dura y difícil realidad social que vivimos poder nosotros ser testigos de buenas noticias. Y el testigo de buenas noticias no se pone indiferente frente a lo que pasa, no es que se pone un impermeable frente a lo que pasa, sino que tiene el enorme desafío de poder seguir convencido de que Dios acompaña nuestra vida, que Dios está entre nosotros, que no es que Dios se olvidó de los argentinos, sino que está junto a nosotros y entre todos tenemos que animarnos para transformar la realidad difícil que vivimos”.
El pueblo espera a su pastor en Argentina
Y al referirse al deseo del Papa Francisco de visitar Argentina, Monseñor García Cuerva explicó que, para él, esto sería una gran alegría para el pueblo que espera el encuentro con su pastor.
“Para mi significa el encuentro del pastor con su pueblo. Su pueblo lo espera y quiere encontrarse con su pastor, más allá de los dirigentes de turno, más allá de los obispos, más allá de los sindicalistas o de los empresarios o de quién fue el presidente, es el encuentro del pastor con su pueblo. Creo que hay mucha gente deseosa de encontrarse con él, muchísima gente y por otro lado creo que la figura de Francisco a nivel mundial es muy reconocida. Creo que a veces los argentinos a Bergoglio no lo hemos dejado ser Francisco y lo hemos metido en el barro de nuestras discusiones y lo hemos metido en el medio de nuestras grietas y hemos estado discutiendo cuánto tiempo recibe al presidente de turno, si le sonrío o no en la foto y creo que estamos hablando de un líder mundial”.
“Detenernos es también parte de la marcha”
Al comentar el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año que tiene por título: “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”, Monseñor García Cuerva dijo que el Papa nos invita a mantener la alegría y no caer en la tristeza que corroe el alma y a detenernos para seguir en el camino.
“Creo que la experiencia del desierto es una experiencia que todos vivimos, en lo personal muchas veces es lo que llamamos la aridez espiritual o las dificultades de la vida. En la audiencia general, el Papa hablaba de la tristeza, y hablaba de dos tristezas. Una tristeza que quizá es un poco la que tuvo el hijo pródigo qué es la que lo ayuda a recapacitar, que está tan lejos de su padre y entonces se pone de pie y regresa a los brazos de su padre para experimentar la ternura de Dios. Después hay otra tristeza que tiene que ver a veces con un estado crónico que se queda, que nos genera desesperanza, que nos genera profunda angustia, que dice el Papa hoy, qué es una tristeza que es como un gusano que corroe el alma, así lo desean también los Padres de la Iglesia”.
El Arzobispo de Buenos Aires también advirtió que esta segunda tristeza es la que nos va invadiendo y es un poco el desierto, pero en el desierto Dios está, Dios está en los momentos más difíciles, no nos abandona y creo que entonces el desafío es cómo encontrar la presencia de Dios en las cosas cotidianas.
“Creo que tenemos que ser místicos de ojos abiertos que podamos desentrañar la presencia de Dios en lo profundo de la realidad cotidiana. El Papa en su mensaje plantea que en esta marcha el desierto a veces hay que detenerse y dice que detenerse es parte de la marcha. Esto es interesante porque a veces somos como un poco bipolares, entonces está todo el tiempo haciendo cosas o nos quedamos quietos y creemos que no estamos haciendo nada. Creo que a veces tenemos que detenernos para la reflexión, tenemos que detenernos para escuchar la voz de Dios en lo profundo de nuestro corazón, que detenernos para no dejarnos comer por la vorágine y el activismo. Creo que nosotros a veces estamos ganados por las enfermedades modernas del activismo, de la ansiedad, del insomnio y no somos capaces de detenernos y si nos detenemos y reflexionamos, si nos detenemos y rezamos, si nos detenemos y pensamos, si nos detenemos y conversamos con alguien, creemos que estamos perdiendo el tiempo. Entonces está buena está idea para la Cuaresma detenernos, es también parte de la marcha”.
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