La Palabra de Dios entre cartones: El camino pascual de los pobres en San Pedro
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
Incluso entre las camas improvisadas, las cajas de cartón rescatadas y la suciedad que se ve por la noche en la Plaza de San Pedro, llega la fuerza de la Resurrección de Jesús, su mensaje de paz y esperanza que no excluye a nadie, sino que fortalece y reanima los corazones más afligidos. Es una misión que las monjas claretianas llevan a cabo bajo los pórticos de la plaza de San Pedro y de la via de la Conciliación, animadas por el carisma impreso por el fundador Antonio María Claret centrado en la pasión por la evangelización y la audacia misionera. Es de noche, martes 26 de marzo, habrá un momento penitencial con los pobres en vista de la Pascua.
Para llegar a la iniciativa de hoy es necesario dar un paso atrás. Lo ha contado sor Elaine Lombardi, de las Misioneras de San Antonio María Claret, que recuerda cómo hace años, en la parroquia romana de Torresina, dedicada a santa Faustina Kowalska de la Divina Misericordia, algunos jóvenes habían iniciado un importante camino que comenzó con la Lectio Divina y culminó con un fuerte deseo de ayudar a los demás, especialmente a los más necesitados. La experiencia comenzó con una taza de té y algunas galletas ofrecidas, "no fue tanto lo que dimos", explica la monja brasileña, "sino que fue la presencia lo que marcó la diferencia".
Luego, la pandemia paraliza todas las actividades, pero conectados "on line" el grupo de jóvenes que participa en la Lectio Divina se amplía a 100, al mismo tiempo crece la necesidad de ofrecer a los pobres algo más que té, y así se plantea la posibilidad de una cena. El día elegido es el martes, se lleva comida para unas 200 personas. Comida pero también oración porque esta es la necesidad que los voluntarios y las hermanas sienten que crece: llevar la Palabra de Vida a los más frágiles.
"Empezamos bajo la columnata con la Novena de Navidad", cuenta la hermana Elaine, "al final muchos pobres que viven allí nos pidieron que continuáramos y nació el proyecto de la Lectio Divina con los sin techo una vez al mes. Compartimos la Palabra de Dios, que en realidad se convierte en compartir nuestras vidas, y lo mejor es que muchos turistas también se paran a rezar con nosotras".
Palabras sencillas
Al acercarnos a la Pascua, se ha optado por preparar, explica la Hna. Elaine, momentos más intensos e íntimos, una oración penitencial. "Siempre empezamos con la Palabra de Dios seguida de un momento de oración. Solemos procurar no utilizar demasiadas palabras, la elección es ir por el camino de la sencillez porque muchos de los sin techo que participan son extranjeros, algunos no conocen bien el italiano".
La llegada de este momento penitencial es la petición de perdón por los pecados. "La respuesta de los pobres -añade- es siempre muy positiva, muchos se acercan a nosotros para decirnos que son momentos que les hacen bien, que les hacen sentirse humanos. Son momentos en los que pueden compartir la vida con quienes no conocen, pueden sentirse importantes, pueden sentirse libres para hablar. Es una respuesta hermosa".
"Hay historias muy bonitas que hemos recogido", cuenta emocionada la hermana Eliane. "Uno de ellos, Francisco, que tiene una historia de vida particular y vive en la calle, empezó a participar en la Lectio Divina y estaba deprimido por las dificultades a las que se enfrentaba cada día. Una vez, al final de la oración, se me acercó para pedirme una Biblia y le di la que tenía en la mano y que habíamos utilizado para la Lectio, estaba colocada en el pequeño altar que hacemos con una de las maletas de los pobres y los ornamentos que llevamos. La cogió, pero a la semana siguiente vino a hablar conmigo para decirme que no podía leerla". Francisco encuentra una persona que le considera, le escucha y con la que entabla relación, por lo que no duda en decirle a la monja que los momentos de oración vividos y la Palabra de Dios han hecho crecer en él el deseo de conocer el Evangelio y, por tanto, de aprender a leer. "Inmediatamente nos pusimos manos a la obra y buscamos un lugar donde él pudiera cultivar este deseo. Creo que esto es muy, muy bonito y me ha tocado profundamente". La misionera claretiana continúa diciendo que escuchó muchas otras historias de sufrimiento de la vida que algunos cuentan con valentía, explicando por qué están en la calle, pero también cuánto les ayuda la Palabra de Dios en su vida diaria. Otro momento importante para la hermana Elaine fue el encuentro con el Papa el 24 de julio de 2023, en el que Francisco reafirmó que "la Iglesia y el mundo de hoy necesitan urgentemente el testimonio fiel y valiente de las vidas consagradas". Palabras, explica la monja, que les motivaron a todos a continuar en este camino de encuentro en torno a la Palabra de Dios.
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