Iglesia en Río Grande del Sur reza por damnificados tras inundaciones
Andressa Collet - Vatican News
Las inundaciones que han anegado ciudades, destruido carreteras y dejado más de 55 muertos, 74 aún desaparecidos y 107 heridos, así como 17.000 personas sin hogar principalmente en las regiones del Valle de Taquari y Serra Gaúcha de Rio Grande do Sul, se han extendido a la región metropolitana de Porto Alegre, en Brasil. Desde el jueves 2 de mayo, las aguas han invadido las calles del centro histórico de la ciudad y la estación de autobuses de la capital, a pesar de que se cerraron las compuertas del río Guaíba. El nivel del río, que baña la capital, ha superado el nivel de inundación, llegando a más de 4 metros, el nivel más alto del Guaíba desde 1941, cuando Porto Alegre vivió la mayor inundación de su historia.
Una nota de solidaridad fue divulgada por la Arquidiócesis de Porto Alegre, uniéndose en comunión con la Región Sur 3 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, en un esfuerzo conjunto de reconstrucción y esperanza. Además de las instituciones gubernamentales, militares y civiles dedicadas a la defensa de la vida, las propias comunidades eclesiales han abierto "sus puertas para acoger a quienes lo han perdido todo". Pero la petición del arzobispo de Porto Alegre, Monseñor Jaime Spengler, va más allá:
Una sugerencia de la arquidiócesis es "organizar un momento de oración con la gente antes o después de las misas de este fin de semana. Las comisiones pastorales podrían unirse a este gesto de oración y solidaridad". Una comunión de fieles para que "juntos pidamos consuelo, protección, unidad y el fortalecimiento de la fe, la caridad y la esperanza", concluye la nota de solidaridad.
Con la oración, implorando a Dios días mejores
Monseñor Leomar Brustolin, presidente de la Región 3 Sur de la CNBB, también envió un videomensaje al pueblo de Río Grande del Sur, elogiando el poder de la oración en este momento de prueba:
"Todos nos estamos dando cuenta de cómo Río Grande del Sur se ve afectado una vez más por las fuertes lluvias que han causado muchos inconvenientes en nuestro estado. Nosotros, los obispos de la CNBB Regional Sur 3, los obispos de Río Grande del Sur, queremos expresar nuestra solidaridad con todas las personas que están pasando por este momento de prueba. Y pedir a nuestras comunidades, a los cristianos, que permanezcan firmes en la fe, orando e implorando al Señor que nos dé días mejores, sosteniendo nuestra esperanza porque creemos que esto pasará, pero que en este momento necesitamos unirnos. Y fortalecer la caridad y la solidaridad, comprometiéndonos los unos con los otros, especialmente siguiendo las directrices que se están dando para que podamos mantener la vida segura para todos. Confiemos y esperemos. Dios cuida".
La invitación de Monseñor Leomar refuerza la necesidad de que la población extreme las precauciones en este momento de inseguridad debido a las inundaciones. La presa hidroeléctrica 14 de Julho, entre las localidades de Cotiporã y Bento Gonçalves, por ejemplo, se rompió debido a la fuerza del agua acumulada, y hay peligro de desastres en otras cinco presas. Desde el miércoles 1 de mayo, Defensa Civil y el gobierno del estado recomiendan a los habitantes de las inmediaciones que abandonen las zonas de riesgo.
Desde Roma, el Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira de Oliveira, informó que estaba supervisando la situación de las presas. Se reunió con el Papa Francisco y habló de los efectos perjudiciales que está sufriendo incluso Brasil:
"Los efectos climáticos, y lo vivimos muy fuertemente en Brasil, una sequía inmensa en el norte de Brasil el año pasado, en la Amazonia brasileña, sobrevolé la Amazonia brasileña y me asombré de ver ríos muy caudalosos que se convirtieron en pantanos, literalmente, con muy poca agua; y el sur de Brasil, incluso repitiéndose ayer: una tragedia inmensa que nos conmovió a todos, el presidente Lula estuvo presente con varios ministros, estoy monitoreando desde aquí a través de Aneel y de nuestro personal que fue allá para poder mirar la contingencia de las represas. Es decir, los efectos del cambio climático se están sintiendo en todo el mundo y esto nos da esperanza y expectativa, pero sobre todo nos da ánimo y fuerza para mantener el debate internacional".
"La situación es desesperante", dice un sacerdote Caxias do Sul
El padre Leonardo Inácio Pereira, Vicario General y Coordinador de Pastoral de la Diócesis de Caxias do Sul, contó a Vatican News que ha hablado con algunos sacerdotes que están directamente vinculados a las comunidades afectadas y se encuentran en los salones parroquiales, "donde todavía hay electricidad, están teniendo acceso a las familias que han sufrido las consecuencias de estas inundaciones. La situación es desesperante. Desesperante", expresó.
Actualización: 05.05.2024, 09:40
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