Zuppi: La paz se hace entre tres. El rol de la comunidad internacional es indispensable
Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
La baja participación electoral "no puede dejar de preocuparnos". No podemos aceptar esto como un hecho inevitable. De hecho, responde a una necesidad de los ciudadanos de una mayor democracia, "no al revés" y a una cultura generalizada que desprecia o considera poco importante la democracia representativa, resultado de una política "reducida a un espectáculo emocional", es inaceptable. Así lo subrayó el cardenal Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), en su discurso en la conferencia "Iglesia y democracia" que tuvo lugar en la Universidad Link de Roma.
La "persona social" de la Constitución italiana
Una relación, subraya el cardenal, que "no fue pacífica" al menos hasta el mensaje radiofónico del Papa Pío XII dirigido a los pueblos en guerra en 1944 y la Pacem in Terris de 1963. En particular, "la democracia fue el hilo conductor que a lo largo de la historia italiana después de la experiencia del totalitarismo fascista". Fue entonces cuando "los católicos tomaron en serio su compromiso político, encontrando en la participación democrática la respuesta a la demanda de instituciones capaces de promover el bien común". "No es casualidad", explica Zuppi, "que la visión cristiana haya contribuido junto con la comunista-socialista y liberal" a la síntesis de la Constitución. En particular, en la Constitución italiana la persona surge como "persona social", tanto en el cumplimiento de los deberes de solidaridad política, económica y social como en la contribución al progreso material y espiritual de la sociedad. En este sentido "cambiar la Constitución no es imposible", porque así lo prevé la Carta, pero es bueno que para hacerlo "hay una sola tinta".
El papel de la comunidad internacional en la paz
El cardenal Zuppi, que partirá en peregrinación a Tierra Santa junto con algunos fieles de su diócesis, habló también de la importancia del multilateralismo, "para que se defienda la vida de las personas y se pueda repudiar la guerra". Para garantizar el camino hacia la paz, reiteró, se necesitan no sólo dos, sino tres. Si, además de las partes en conflicto, falta la comunidad internacional, "sería peligroso", afirmó.
Toso: la democracia es un desafío para el ciudadano
El motivo del encuentro fue la presentación del volumen de monseñor Mario Toso, obispo de Faenza-Modigliana y politólogo "Iglesia y democracia". "Los partidos son el tronco que conecta las raíces de la sociedad civil con las ramas de las instituciones, pero por el momento no hay un elemento vital", afirmó el Prelado, subrayando cómo son los propios partidos los que no permiten la participación ciudadana a través de listas bloqueadas". La democracia, añadió, "es un desafío para los ciudadanos a ser mejores que la vida cotidiana" y "un desafío del hombre a sí mismo". Las semanas sociales en Trieste, previstas para la primera semana de julio y en las que participará el Papa Francisco, servirán para comprender qué tipo de democracia queremos y pensar en reformas que fomenten la participación. Estos son problemas que plantea la doctrina social de la Iglesia. En un contexto en el que, paradójicamente, es la propia Iglesia "la que refuerza el laicismo", "los parlamentos no tienen nada que temer de los obispos", mientras que la presencia de los católicos en el Parlamento es imprescindible. Citando a Benedicto XVI, monseñor Toso continuó: "la democracia florece cuando se supera la dictadura del relativismo y se basa en presupuestos incontrovertibles". A nivel internacional, el obispo de Faenza recordó cómo es necesario fortalecer la ONU como autoridad política mundial, pidiendo una reforma del derecho de veto y una mayor fuerza para intervenir cuando un país ataca a otro.
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