El Salvador: Un trabajo sinodal por los niños más necesitados
Sebastián Sansón Ferrari - Vatican News
Más de cien mil niños y jóvenes salvadoreños sufren dificultades por la falta de acceso a la educación, diversas desigualdades sociales, los efectos de la pospandemia, migración de familias, entre otras situaciones. Estos datos fueron arrojados en un diagnóstico elaborado por múltiples instancias de la Iglesia, en especial en las visitas que el Nuncio Apostólico, Monseñor Luigi Roberto Cona, realizó a las parroquias que se encuentran en zonas de mayor vulnerabilidad. La hermana Silvia Flores, secretaria general de la Conferencia de Religiosos de El Salvador (CONFRES), explica que en este contexto surgió el proyecto "Sembrando semillas de esperanza", coordinado por la CONFRES.
"Sembrando semillas de esperanza" ofrece cinco pilares: educación integral, asistencia nutricional, médica, psicológica y espiritual y familiar a niños y jóvenes salvadoreños. La Conferencia Episcopal, las congregaciones religiosas y las asociaciones han abierto las puertas de las instituciones educativas, los colegios privados, las escuelas, los centros de apoyo, de acogida, entre otros sitios.
"Es un proyecto complementario", especifica la religiosa, quien describe el trabajo impulsado hasta ahora como "muy fuerte" y precisa que la mayoría de las órdenes que participan ya tienen experiencia en este tipo de proyectos. "No es algo nuevo, su novedad es la intercongregacionalidad. Estamos caminando de manera sinodal junto con toda la gente que nos está apoyando".
En siete meses de actividad, los esfuerzos "están siendo de gran impacto", según Flores, y ya han conseguido 1652 apadrinados en once departamentos de El Salvador y su objetivo es alcanzar las catorce regiones que comprende la nación. La iniciativa está compuesta por un equipo conformado por varias áreas: la coordinación general, el voluntariado, la educación, la prensa católica, las empresas privadas, entre otras. Asimismo, cuentan con un seguimiento periódico de cada entidad donde están los niños apadrinados, evaluando sus necesidades y satisfaciéndolas, mediante donaciones de alimentos, medicinas y atendiendo los requerimientos que se van presentando.
La fundación recibe el apoyo del Papa Francisco desde el comienzo. Para todo el staff, es una bendición pues el proyecto está inspirado en el magisterio del Santo Padre y, en particular, en el compromiso que pide a todos de construir una Iglesia más justa, un desarrollo humano y espiritual más justo que llegue, sobre todo, a los más necesitados.
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