Iglesias de Oriente Medio condenan el conflicto armado en el Líbano
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
El Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC, Middle East Council of Churches) se pronunció este martes ante el conflicto armado que acaece en el Líbano, el cual “se ha convertido en una agresión generalizada contra diversas regiones libanesas, con el resultado del martirio de miles de ciudadanos”.
El órgano eclesiástico, con presencia en 14 países en la Región del Medio Oriente y Norte de África, condenó enérgicamente a través del comunicado “el asesinato de personas inocentes, niños, mujeres, ancianos y otros civiles” y lamentó los ataques efectuados por las fuerzas agresoras “contra zonas densamente pobladas que han causado la muerte de unas 500 personas en un solo día y el desplazamiento de cientos de miles de ciudadanos”.
Por tal motivo, el MECC llevó a cabo una reunión de emergencia en Beirut, presidida por el secretario general, el Dr. Michel Abs, con el objetivo de estudiar la situación de emergencia que acontece en el Líbano y Levante, supervisar las necesidades humanitarias urgentes y “tomar medidas que garanticen la continuación del trabajo en caso de que se produzca una escalada de la seguridad y gravedad de las condiciones de vida”.
En este sentido, el MECC exhortó a la comunidad internacional a intervenir prontamente y a emitir “una posición clara de condena de los crímenes de guerra cometidos contra la población civil mediante el lanzamiento de incursiones, así como de la destrucción sistemática de bienes y la interrupción del suministro de alimentos y material sanitario”.
Del mismo modo, los asistentes a la reunión debatieron sobre las formas de apoyar a las familias en distintos niveles, a la vez que elogiaron la “solidaridad humana nacional de la cual la sociedad libanesa ha sido testigo desde el inicio de los atentados”; a este respecto, el Consejo decidió establecer una célula de emergencia para “monitorear las necesidades, hacer un seguimiento de las cuestiones logísticas sobre el terreno y seguir la situación de las familias desplazadas de sus zonas, apoyándolas tanto en el plano humano como en el de los medios de subsistencia”.
Al mismo tiempo, decidieron apoyar “a los medios de comunicación en cuestiones humanitarias para poner de relieve el sufrimiento y las necesidades de las familias”, a fin de poder visibilizar las tragedias que afectan a los ciudadanos del Líbano. Finalmente, “todos rezaron por la paz, la verdad y la justicia, y porque se acallen las voces de guerra que siembran muerte y destrucción”.
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