Jorge Maria Bergoglio con padre Diego Fares Jorge Maria Bergoglio con padre Diego Fares

Dilexit nos: la experiencia de un corazón enamorado y la inspiración del hermano Diego Fares

En la nota 1 de la Encíclica, el Papa Francisco confiesa que la inspiración del primer capítulo del documento encuentra su fuente primaria en su hermano Diego Fares, fallecido en 2022. El jesuita argentino, en muchas ocasiones, destacó la centralidad del corazón en el pensamiento y la actividad de Jorge Mario Bergoglio primero como pastor en Buenos Aires y ahora como obispo de Roma.

Alessandro Gisotti

«Gran parte de las reflexiones de este primer capítulo se inspiran en los escritos inéditos del padre Diego Fares, S.I. Que el Señor lo tenga en su santa gloria». Con el tiempo hemos aprendido a reconocer en los documentos magisteriales del Papa Francisco la importancia que a veces tienen las notas a pie de página. Ciertamente este es el caso de la Encíclica Dilexit nos, publicada hoy, donde en la nota 1 el Papa confiesa que la inspiración de las páginas introductorias -las que orientan todo el documento- le vino de su amigo y alumno jesuita Diego Fares, fallecido a los 66 años en 2022. El escritor tuvo la suerte de conocer al padre Diego durante los años en que fue redactor de La Civiltà Cattolica y de entrevistarle muchas veces sobre la espiritualidad, las raíces y la visión de Jorge Mario Bergoglio. Revisando hoy aquellas reflexiones, surgen con claridad las continuas referencias que Fares hace a la palabra «corazón» al hablar de su director espiritual que llegó a ser Arzobispo de Buenos Aires y finalmente Obispo de Roma. Referencias que nos ayudan a entender que la cuarta Encíclica de Francisco no nace de un estudio teórico sino de una experiencia vivida.

Para Fares, el corazón también está en el centro del pensamiento del Papa sobre la educación, un concepto mucho más amplio y profundo que la educación. Es cierto -señala- que es un gran educador, un formador, decimos. Alguien que vive la educación en su conjunto, como educación del corazón». Y añade que «educar el corazón» -para Bergoglio- «sólo lo puede hacer un padre, una madre. El corazón tiene siempre la última palabra». Y señala cómo «detrás de los criterios pedagógicos de Amoris laetitia hay un “sí” y un “no” radicales. El 'sí' es el sí fuerte a la alegría del amor. La alegría engrandece el corazón de la familia».

Especialmente llamativo es lo que dice el jesuita argentino sobre las características que para el Papa son fundamentales en un obispo. Para Francisco, el modelo ejemplar de pastor es San José que 'vela' por el Niño y la Madre. «Velar», dice Fares, “se refiere más al cuidado de la doctrina y de la moral, mientras que vigilar alude más bien al cuidado de que haya sal y luz en los corazones”. Y añade que «vigilar y velar nos hablan de un cierto control necesario. En cambio, vigilar nos habla de esperanza, la esperanza del Padre misericordioso que vela por la prueba de los corazones de sus hijos». Misericordia y Esperanza, los temas principales de los dos Jubileos del Pontificado de Francisco: el especial de 2016 y el ya inminente de 2025. Misericordia y Esperanza que -como nos recuerda ahora Dilexit nos- no son dimensiones separadas en el Corazón de Jesús, sino expresión indivisa de un amor infinito que abraza a la humanidad. 

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24 octubre 2024, 14:17