Practicar la voluntad del servicio, antes que la voluntad del poder
Vatican News
Monseñor Pascual Limachi en su homilía del pasado domingo y enmarcado en el Evangelio, propuso que se debe practicar “la voluntad del servicio”, antes que la “voluntad del poder”, aclarando que cuando la Iglesia se aparta de una estructura fraternal y se adapta a las formas de este mundo, se convierte en un instrumento de poder con rangos y escalafones, es decir que se aparta de la voluntad de Jesús.
Así lo informa en su página web la Conferencia Episcopal de Bolivia, en la que se destaca que ese día la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de las Misiones, conocida como DOMUND, una fecha especial, en la que se une en oración, para apoyar a los misioneros repartidos en todo el mundo.
Y de hecho este año se celebró el 20 de octubre y los obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos se unieron en oración y llevaron a cabo esta celebración recordando su compromiso con la Iglesia y el mandato de evangelización recibido desde el bautismo.
“Invitados al banquete, para ser testigos de Cristo”
El lema elegido para este año es: “Invitados al banquete, para ser testigos de Cristo”, el mismo que anima esta jornada impulsada por la Iglesia de Bolivia junto a las Obras Misionales Pontificias. Particularmente ese día se recibió “una cooperación material”, ya que en esta fecha todas las parroquias del mundo recaudan la colecta dirigida al “Fondo Universal de Solidaridad” en Roma, y retorna a las Iglesias más necesitadas.
Y desde la Basílica Menor “Nuestra Señora de Los Ángeles” de San Francisco, el obispo de la Prelatura de Corocoro, Pascual Limachi, se refirió a este importante día, basando su homilía en Marcos 10, 35-45: “El Hijo del hombre ha venido para servir y dar su vida en rescate para todos”, manifestando que el oprime a los demás en “un miserable”.
“A la “voluntad de poder”, Jesús propone la “voluntad de servicio”; al imperio autoritario de los jefes y los grandes de este mundo, propone el servicio”, dijo.
Explicó monseñor Pascual, que, este servicio debe ser con su propia vida y con su muerte, ya que Jesús no vino al mundo para ser servido “como un Señor”, sino para servir como un esclavo, “Jesús ha querido ocupar el último lugar de todos, la cruz, para servir a todos dando la vida por todos”.
Reiteró, el que quiera llegar a ser grande, debe ser un servidor, y el que quiera ser primero sea ante todo un esclavo todos.
“Hermanos estamos ante una enseñanza que Jesús viene repitiendo, que no es la primera vez que lo dice. Es que Jesús quiere más de sus discípulos que tengan este comportamiento”, agregando que el servicio debe ser practicado, para que nadie quede excluido del servicio, ya que la atención a los pobres, “no es algo opcional”.
El obispo de la Prelatura de Corocoro, enfatizó que el que se considera discípulo de Jesús, se distinguirá por su servicio abnegado, generoso, es decir, a la manera de los esclavos, “háganse esclavos de todos”. Este servicio debe ser practicado al modelo de Jesús, recalcó.
“Jesús vino porque Dios lo mando y siguiendo la voluntad del Padre, toda su obra, es un servicio, puro servicio. Pero será más completo en su donación, en la cruz, el servicio por excelencia”.
Minutos antes de concluir su Homilía, monseñor Pascual reflexionó indicando que Jesús no procede como los gobernantes de este mundo, que están más preocupados por exaltar su propia figura y de sacar provecho de sus puestos privilegiados, “sino que obra única y exclusivamente en función de los más necesitados. La de Jesús, es un servicio sin medida, que no se reserva nada para sí mismo, que arriesga su propia existencia. De esta manera paga el rescate por todos”, concluyó.
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