Nazzaro: «La esperanza de peregrinaciones a Tierra Santa no se ha cancelado»
Federico Piana - Ciudad del Vaticano
Al Papa Francisco y al vicario general para la diócesis de Roma, monseñor Baldo Reina, les da las gracias de todo corazón: «Estoy muy agradecida porque he sido llamada a transmitir el amor de Cristo en el mundo a través del camino de la belleza». Una misión que sor Rebecca Nazzaro siente aún más suya después de haber sido nombrada, el pasado 19 de octubre, nueva directora de la Oficina para la pastoral de las peregrinaciones - Opera romana pellegrinaggi (Orp) del Vicariato de Roma. «Para nosotros, la belleza brilla en los lugares que tocan los peregrinos, lugares cargados de historia, cultura y fe», explicó en una entrevista a los medios vaticanos.
Toque femenino
Superiora general de las Misioneras de la Divina Revelación, de 67 años, sor Rebecca es la primera mujer elegida para dirigir la pastoral de las peregrinaciones. Pero es una novedad que no la sorprende tanto: «Las mujeres, sobre todo las consagradas, siempre han tenido un papel muy importante en la Iglesia. Basta pensar en las escuelas, los hospitales, los dispensarios, la atención a los pobres, a los presos. Un mar de caridad en el que la mano femenina ha sido protagonista durante siglos, en la sencillez del amor a Jesús». Pocos días después de tomar posesión de su cargo, Nazzaro ha empezado a plantearse los retos que le esperan. El primero, quizá uno de los más importantes y arduos, será el Jubileo de 2025. «En primer lugar, tenemos un deseo: las personas que lleguen a Roma no sólo deberán recibir una buena acogida material, alojamiento, comida, transporte. Tendrán que poder encontrarse con la espiritualidad». Las bellezas artísticas y arquitectónicas que ofrece Roma serán la principal herramienta para comunicar la fe, dar a conocer la historia de la Iglesia y su futuro.
Iniciativas apasionantes
Hay muchas ideas apasionantes en proyecto. La directora de la Opera Romana pellegrinaggi no las enumera todas (serían muchas), pero las que menciona con entusiasmo hacen comprender cómo el Año Santo que se avecina será una ocasión que no quiere perderse: «Hemos pensado, por ejemplo, en “Peregrinos por un día”, que permitirá a quienes lo deseen participar en una audiencia papal o en el Ángelus y atravesar después la Puerta Santa de una de las basílicas. O bien, ofrecemos la posibilidad de un programa de tres días y dos noches de visitas guiadas al fascinante descubrimiento de la Roma cristiana». Sin olvidar que los peregrinos tendrán la oportunidad de admirar las basílicas, iglesias y monumentos del centro histórico en diversas rutas que la Orp ya ha activado con modernos autobuses panorámicos.
Tierra Santa en el corazón
Otro delicado reto que habrá que gestionar será el impuesto por la dramática y sangrienta situación de Oriente Próximo. «El corazón de nuestras peregrinaciones -admite la monja- solía ser Tierra Santa. Pero ahora el eje se ha desplazado. Han aumentado las que van a Roma y a los lugares italianos que son el corazón del cristianismo, y luego Lourdes, Fátima, Santiago de Compostela: lo bueno, sin embargo, es que la peregrinación no ha muerto, permanece, porque es la paráfrasis de la vida. El hombre siente la necesidad de caminar para alcanzar la meta, que para nosotros es el Reino de los Cielos. Y sin embargo, sería un error pensar que se han cancelado las peregrinaciones a Tierra Santa: «No obstante, las hemos programado hasta el primer semestre de 2025, porque nuestra esperanza es que de un momento a otro podamos por fin volver a empezar». Incluso los de Turquía sobre las huellas de los apóstoles ya están programados: «Aquí iremos entre otras cosas para un aniversario importante: el 1700 aniversario del Concilio de Nicea; ya hay fechas. Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta la evolución de la situación».
Cohesión de intenciones
El toque femenino que Sor Rebecca ha pensado dar a su nueva gestión de los pellegrinaggi de la Opera Romana se resume en una palabra clave que le es muy cercana y que le gustaría que se convirtiera en una consigna para todos los que trabajan con ella: colaboración. «Me gustaría que nuestra comunidad se convirtiera en un ejemplo a seguir. Cuanto más experimentemos una cohesión de propósitos en la sinceridad y la aceptación, más cosas buenas se podrán hacer por el bien común. Todos estamos llamados a remar en la misma dirección».
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