Episcopado Norteafricano: La Biblia no puede utilizarse para legitimar la colonización
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
Frente al comienzo del Adviento, la Conferencia Episcopal de la Región Norte de África (CERNA) publicó un comunicado en rechazo a la guerra y al uso de la Biblia “para legitimar la colonización” en Oriente Medio, este 23 de noviembre.
Con motivo del inicio del tiempo litúrgico que precede a la Navidad, los obispos norteafricanos emitieron sus pensamientos de dolor por los acontecimientos que afligen desde hace más de un año a la “tierra donde Jesús nació, donde creció, donde pronunció palabras de justicia y de paz, donde dio su vida por toda la humanidad, donde resucitó”.
En este sentido, el episcopado expresó que Oriente Medio ha sido “desgarrado por el conflicto” que, en consecuencia, ha dado lugar a un “séquito de víctimas, desplazados y destrucción masiva”, que, a la vez, “ha tomado como rehén a toda una población, privada de cuidados, privada de alimentos”; cabe destacar, que, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “al menos 1,9 millones de personas (o nueve de cada diez personas) en toda Gaza están desplazadas, incluidas personas que han sido desplazadas repetidamente, algunas hasta 10 veces o más”.
La Iglesia a favor de la paz
El episcopado del Norte de África admitió que se encuentran “deliberadamente a favor de la paz”, por ello, destacaron su posición de rechazo ante las guerras o cualquier forma de violencia.
Así mismo, los religiosos expresaron su solidaridad con el pueblo afectado por el conflicto, por ello, señalaron que “sufrimos con las víctimas, con todas las víctimas”; a la vez en que comunicaron que esperan que la guerra en Oriente Medio no se trivialice “hasta convertirse en indiferencia”.
Distinguir a las personas de sus gobiernos
“En ningún caso puede utilizarse la Biblia para legitimar la colonización y anexión de un territorio que es el de un pueblo que sólo pide vivir de acuerdo a la ley y la paz”, enfatizaron los religiosos en el escrito, al tiempo en que invitaron a los fieles a reconocer que el pueblo no es el gobierno.
Por tal motivo, exhortaron al pueblo a orar por los gobernantes, para que puedan reconocer el sufrimiento de los pueblos y fundamenten sus acciones en el respeto y el rechazo al odio; también, instaron a los mandatarios y dirigentes a “que tengan el valor de la justicia para rechazar cualquier provocación, cualquier deseo de destrucción, cualquier espíritu de venganza o de dominación; que tengan la valentía de la esperanza basada en la capacidad del ser humano para abrir caminos de fraternidad y de paz”.
Finalmente, hicieron un llamado a las demás naciones a comprometerse en la garantía de un acuerdo de paz, “en lugar de proporcionar armas a los contendientes”, así como invitaron a todos los miembros de la Iglesia a “dedicar este tiempo de Adviento a la oración por la paz y a gestos concretos de reconciliación a nuestro alrededor y de solidaridad con las víctimas”.
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