Exposición «Luce da Luce - Madonne con Bambino». Viola y Veronica reinterpretan la «Madonna del Gran Duque» de Rafael Exposición «Luce da Luce - Madonne con Bambino». Viola y Veronica reinterpretan la «Madonna del Gran Duque» de Rafael 

«Luce da Luce», la discapacidad en las miradas de las Marías de hoy

La exposición instalada en el Cenáculo de la Basílica de la Santa Cruz de Florencia se clausura el próximo 6 de enero. Seis fotografías que retratan a otras tantas madres con sus hijos discapacitados y reproducen las obras maestras de artistas del pasado como Botticelli, Mantegna y Rafael

Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano

«Tener un hijo discapacitado es como tener un jarrón de cristal». Cristiana Morelli, la madre de Elia, recurre a una metáfora para explicar con lucidez cómo ha sido su vida desde el 2008, cuando al dar a luz a su primer hijo algo salió mal y se encontró de repente con una lesión cerebral. Es joven, probablemente asustada, pero dice que cuando se reflejó en la puerta del hospital se dio cuenta de que ser madre le daría valor y fuerza.

En ese momento, decidió que no se rendiría y que mejoraría la vida de Elia. En el 2015, fundó una organización sin ánimo de lucro para ayudar a los afectados por enfermedades neurológicas. Junto con sus hijos – Elia, Ginevra y Gioele – es la protagonista de la reinterpretación de la Virgen con el Niño, San Juan y dos ángeles de Botticelli que forma parte de la exposición «Luce da Luce - Madonne con il Bambino», que se exhibe hasta el 6 de enero del 2025 en el Cenáculo de la Basílica de la Santa Cruz de Florencia.

Una gota de esplendor

El subtítulo de la exposición es «La discapacidad es una gota de esplendor», a cargo de Adamo Antonacci, dedicado desde hace tiempo al tema de la discapacidad. En el 2017, llevó a los Museos Vaticanos «Criaturas divinas», fotografías de obras maestras del arte sacro, reinterpretadas por cuarenta y cinco personas con discapacidad y por sus familias.

Para «Luce de Luce» contó con la ayuda del fotoperiodista Massimo Sestini, que recreó, mediante poses y trajes, los seis cuadros elegidos por Antonacci para retratar a las Madonne con il Bambino. Los fondos cambiaron, cada madre eligió el que sintió más suyo: desde las montañas del Valle de Aosta hasta el río Arno. Un pasado – los cuadros de Rafael, Mantegna, Botticelli y muchos otros – que se ambienta en el presente resaltando la belleza de la diversidad.

Maria Teresa y Domingo reinterpretan la Virgen con el Niño de Filippo Lippi
Maria Teresa y Domingo reinterpretan la Virgen con el Niño de Filippo Lippi

La luz perfecta

Llaman la atención los colores vivos de las fotos y la mirada de la madre sobre su hijo, que tanto recuerda a la de María bajo la cruz, pero no hay dolor en su rostro, hay comprensión, hay palabras no dichas, hay brazos que sostienen y protegen, hay raíces de un árbol que empieza a crecer. La instalación de la exposición también nace de la conciencia de que algo está cambiando en la percepción de la discapacidad.

Antonacci cuenta que hace años era incapaz de encontrar una pareja con un niño pequeño discapacitado, hoy, gracias también al empeño de Cristiana, ha tenido el sí de seis madres. Un reto que parece ganado aunque todavía queda mucho por hacer. Los tiempos para llegar a la aceptación de la discapacidad, dice el encargado de la exposición, son aún bastante largos.

«Luz de luz», una referencia directa al Credo, parte de la certeza de que «la luz es por naturaleza perfecta y como sólo puede generar algo igualmente perfecto, cada madre de estas fotos es perfecta, al igual que cada hijo de estas fotos es perfecto. Son luz de luz, perfección que se mueve para crear nueva perfección». Para Adamo Antonacci, en la mirada entre madre e hijo está realmente la presencia de Dios.

Sesión fotográfica entre bastidores para Veronica y Viola
Sesión fotográfica entre bastidores para Veronica y Viola

Estar para amar

La exposición cuenta con el apoyo de la archidiócesis de Florencia, de la Opera di Santa Croce y de la Comunidad de los Frailes Menores Conventuales. «Me ha gustado crear un nuevo proyecto para sensibilizar sobre el tema de las personas con discapacidad, para facilitar su integración», afirma el sacerdote Fabio Marella, director de la Oficina de

«Las madres implicadas – explica – estaban orgullosas de participar y mostrar a su hijo, es un signo de amor divino, un poco como lo que representan las obras”. Para el padre Fabio, la exposición tiene además otro mérito: pone de manifiesto sobre todo la ternura, el amor silencioso, el sentido de la paz que tanta falta hace en estos tiempos de grave crisis.

«Necesitamos redescubrir la lentitud de las relaciones, el estar, el detenerse. Pienso en las madres del hospital Meyer de Florencia que encuentro todos los días y veo cómo se vive el Evangelio en esos lugares donde la mayor relación de amor es la que existe entre una madre y su hijo».

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17 diciembre 2024, 16:07