República Centroafricana: 30.000 desplazados por la violencia
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Una nueva ola de enfrentamientos entre dos grupos armados ha obligado a 30.000 personas a abandonar sus hogares en los alrededores de la ciudad de Paoua, en el noroeste de República Centroafricana (RCA), según informó la asociación Médicos sin Fronteras.
Se trata del bando Revolución y Justicia (RJ) enfrentado al Movimiento para la Liberación de la República Centroafricana (MNLC) que constantemente libran violentos ataques en una zona cercana a la frontera con el Chad.
Tal y como se lee en la página web de la organización de acción médico-humanitaria, los desplazados que han logrado escapar hablan de pueblos reducidos a cenizas, ejecuciones, secuestros y ataques indiscriminados; motivo por el cual se han visto obligados a suspender sus actividades en los siete puestos de salud en los que prestaban apoyo a la población, de los cuales tres ya han sido saqueados.
De momento, la situación sigue siendo extremadamente tensa.
Muerte y tiroteos indiscriminados
Asimismo, la asociación no gubernamental ha constatado que en el hospital de Paoua han atendido al menos a 13 personas heridas por los enfrentamientos. No obstante, el responsable en el terreno, Gwenola François, considera que la cifra es "muy baja" teniendo en cuenta el alto número de desplazados y la extrema violencia registrada: "Muchos supervivientes nos hablan de tiroteos perpetrados por personas a caballo contra cualquiera que se mueva, de muertos y heridos que quedaron atrás en el bosque", explica.
Sin duda, se trata de una crisis que no debe ser vista como "números" sino como historias humanas que afectan a hombres, mujeres y niños reales. Así lo demuestran las historias de testigos que se han difundido hasta el momento y que revelan la crueldad de los hechos. Uno de los heridos que llegó al hospital de Paoua es Léonard Gangbe y tiene 33 años. Recibió un disparo en la cara mientras intentaba evitar que un grupo de hombres armados se hiciese con su ganado.
Josianne, que vivía en un pueblo situado a cinco kilómetros llamado Betokomia, ha contado que su marido y su hijo de 12 años huyeron el 28 de diciembre de madrugada cuando escucharon los primeros disparos, por el temor a una ejecución inminente. Ella quedó sola con sus otros ocho hijos y se vio obligada a pagar 12.000 francos CFA (unos 18 euros), que tuvo que pedir prestados, para poder escapar sanos y salvos.
"Cuando los hombres armados ven una casa decente, piden comida, ganado y dinero", ha relatado, al recordar otro incidente registrado en agosto y en el que incluso sufrió la quema de la vivienda. Entonces, los milicianos reclamaron a la familia 50.000 francos (76 euros) por conservar el ganado y 120.000 francos (183 euros) por seguir en la casa.
"Les dimos 25.000 francos (38 euros), que era todo lo que teníamos. Como la casa ni siquiera tenía un tejado todavía, nos dijeron que volverían cuando estuviese terminada", ha asegurado la mujer. Antes de irse, robaron todas las pertenencias y prendieron fuego a la vivienda, lo que dejó a esta familia a la intemperie.
Cuatro años de violencia extrema
República Centroafricana vive sumida en una espiral de violencia desde diciembre de 2013, pero las cifras de desplazamiento son ahora más altas que nunca, con más de 630.000 desplazados internos y unos 545.000 refugiados.
La región de Paoua, que hasta ahora había gozado de una situación de seguridad ligeramente mejor a la de otras zonas del país, también registró un crecimiento significativo en el índice de violencia en 2017.
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