Saludo del Arzobispo Auza en la Jornada Mundial de los Padres
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
"El futuro de la humanidad depende de la forma en que las madres y los padres llevan a cabo su misión educativa", son las palabras del nuncio apostólico, Mons. Bernardito Auza, Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas (ONU), durante su intervención en Nueva York, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Padres, que este año llevó como tema: "El impacto de la buena crianza de los niños y la sociedad".
La familia es fundamental para promover la paz
La buena crianza de una madre y un padre que se respetan mutuamente - dijo Mons. Auza - es esencial para la formación de niños con corazones pacíficos.
Es fundamental -añadió- para mantener vivas las mayores esperanzas que la comunidad internacional está comprometida a lograr.
Asimismo, en referencia al mural del artista Per Krohg, visible en la Sede de las Naciones Unidas, el nuncio recordó el mensaje implícito en esta obra: "la familia es fundamental para la construcción de la paz".
El futuro del mundo está vinculado a las familias
La escuela del amor familiar es el "pilar para construir una sociedad en la que se garantice el respeto por la dignidad y los derechos humanos".
El futuro del mundo - concluyó monseñor. Auza - está vinculado a las familias: por esta razón, los padres deben estar preparados; ser apoyados y alentados en el desempeño de su papel, ya que este es indispensable para el buen desarrollo social.
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