Los coreanos quieren paz y curación de las heridas del pasado
Alessandro Gisotti – Ciudad del Vaticano
“El estado de Corea, entre encuentros históricos y altibajos diplomáticos”: es el título de un largo y detallado artículo de la Civiltà Cattolica, firmado por el director de la revista de los jesuitas, el padre Antonio Spadaro y de Kim Youn-su, coordinador del Comité del Apostolado de Reconciliación Nacional de los jesuitas coreanos. El artículo recorre nuevamente los pasajes principales, entre aceleraciones e improvisas frenadas, que han llevado al histórico encuentro entre Moon Jae-in, presidente de la República de Corea, y Kim Jong-un, leader de la República popular democrática de Corea, el pasado 27 de abril. Evento al cual siguió, el 12 de junio, el encuentro realmente sorprendente, además de histórico, entre Kim Jong-un y el presidente de los Estados Unidos Donald Trump. No por casualidad, recuerda la revista, durante el apretón de mano con Trump, Kim no ha dudado en decir: “Muchos estarán pensando que nuestro encuentro ha salido de una película de ciencia ficción”.
Dudas y entusiasmo, pero prevalece el optimismo
El artículo repasa cronológicamente los hechos vinculados a la cumbre inter-coreana y aquellos sucedidos en los tres meses entre esta última y el histórico encuentro entre Kim y Trump. “Un alternarse de eventos contrapuestos – escriben Spadaro y Kim Youn-su – un subibajas enloquecido de anuncios y acusaciones recíprocas, con sucesivas inmediatas reconciliaciones y suturas”.
Si bien alguien considere la actual situación no muy diversa de aquella de los tiempos del Diálogo de los Seis (2003), hay todavía “algunos elementos significativos que inducen a un cierto optimismo sobre los resultados del vértice”. En primer lugar, le lee en el artículo, “no ha sido un encuentro entre funcionarios de gobierno sino entre las máximas autoridades de los dos países”. Otro elemento significativo, escriben los dos jesuitas, “es el hecho que Corea del Sur ha colaborado estrechamente con los Estados Unidos y mediado lealmente entre Estados Unidos y Corea del Norte. El presidente Moon se ha demostrado siempre un hábil mediador y un valiente estatista”.
La Iglesia coreana construye el camino justo de la paz
Civiltà Cattolica reconoce que “al entusiasmo en la comunidad coreana como entre los comentadores internacionales se han agregado también posiciones más escépticas”. Sin embargo, el artículo evidencia que la sociedad coreana “ha expresado en estos meses un deseo de reconciliación que implica también la curación de las heridas y llagas aún abiertas”. Obviamente, la desconfianza “no ha desaparecido, pero la esperanza ha crecido”. Celebrando una Misa por la reconciliación, el cardenal arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, Andrea Yeom Soo-Jung, ha observado que “es casi imposible” esperarse que una “cumbre resuelva el problema de una vez por todas”. Pero esto, gracias a Dios, es el “primer golpe de laya para construir el justo camino de la paz en la península coreana”.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí