Auza: “El tráfico ilícito de armas pequeñas es una amenaza para la paz”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York ha tenido lugar la Tercera Conferencia sobre el combate a las armas pequeñas ilícitas para revisar los avances en la implementación del Programa de Acción que lidera esta lucha. Entre los participantes, destaca el Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, quien ha asegurado que “la Santa Sede ha apoyado el Programa de Acción y el Instrumento Internacional de Localización desde sus inicios”.
Bajo el objetivo de "mejorar el respeto por la vida y la dignidad de la persona humana" a través de la promoción de una “cultura de paz", este Programa de Acción – asegura Auza – “fomenta la conciencia internacional para prevenir, combatir y erradicar el tráfico ilícito de armas pequeñas y armas ligeras”; un tráfico que - tal y como asegura – “es una amenaza obvia para la paz, el desarrollo y la seguridad”.
Necesaria cooperación internacional para erradicar el tráfico
En su intervención, también ha asegurado que no obstante el importante papel que han desempeñado tanto la sociedad civil como las organizaciones no gubernamentales, “se necesita una mayor cooperación internacional para restringir y erradicar severamente el tráfico ilícito de armas pequeñas”.
Y esta cooperación internacional que pide Auza resulta esencial y urgente si observamos el panorama de los conflictos actuales, pues tal y como informa la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas “hay diversas fuentes de suministros de armas pequeñas a las zonas de crisis y de conflicto” ya sea mediante “envíos desde el extranjero” dando lugar a una entrada pequeña y constante de armas a través de fronteras porosas o mediante “circulación ilícita interna” a través de distribución, robo, escape o desviación, hurto y reventa. Aunque si bien es cierto que “la concentración de armas pequeñas por sí sola no provoque los conflictos en los que se utilizan”, su acumulación excesiva y su amplia disponibilidad “agravan la tensión”, informa la Oficina de Asuntos de Desarme de la ONU.
Las palabras desarrollo y paz van de la mano
Por su parte, Auza en su declaración también ha expresado que es esencial “un mundo seguro para el desarrollo”, una afirmación que reanuda aquella expresada por el Papa Pablo VI en el 1967 y que se hace eco en La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: “el desarrollo es el nuevo nombre para la paz. No puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible".
Apoyo de la Santa Sede
Por último, el Arzobispo Bernardito Auza asevera que la Santa Sede agrega su voz a los llamamientos y apoya plenamente todos los esfuerzos, no solo para erradicar el tráfico ilícito de armas pequeñas y armas ligeras sino también para combatir “las nefastas actividades estrechamente vinculadas a él” como lo son – prosigue - “el terrorismo, el tráfico de personas humanas , el tráfico ilícito de drogas y otras formas de delincuencia organizada”.
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