Amos Oz: escritor israelita buscador de la paz
Emmanuela Campanile – Ciudad del Vaticano
En 1967, con un artículo en el que afirma que "incluso una ocupación inevitable es una ocupación corrupta", fue uno de los primeros en declarar públicamente su apoyo a la "solución de dos Estados" en el conflicto israelo-palestino. Severo crítico de Hamás, en 2010 firmó un artículo publicado por el New York Times, en el que definía el Movimiento Islámico en estos términos:
"Hamas no es sólo una organización terrorista. Hamas es una idea, una idea desesperada y fanática que proviene de la desolación y la frustración de muchos palestinos. Ninguna idea ha sido derrotada por la fuerza... Para derrotar una idea, hay que ofrecer una idea mejor, más atractiva y aceptable".
Las obras
En Israel logra el éxito gracias a la colección de historias sobre la vida del kibutz, pero es principalmente gracias a novelas como Black Box, In the Land of Israel y A Story of Love and Darkness, que Amos Oz se convierte en una figura a nivel internacional. Sus obras han sido publicadas en 45 idiomas. No sólo escritor y reportero, sino también profesor de literatura judía en la Universidad Ben Gurion de Negev. Ha recibido numerosos premios: desde el Premio Bialik en 1986 al Premio Israel de Literatura en 1998, desde el Premio Príncipe de Asturias de Literatura en 2007 al Premio Internacional de la Feria del Libro, primera edición, otorgado por el voto electrónico de los visitantes y editores del evento italiano. Entre sus libros más recientes está la novela Until Death Comes, Touching the Water, Touching the Wind y el ensayo Dear Fanatics.
Hijo de Israel
"Amos Oz era el hijo típico de Israel", dice Matteo Corradini, escritor y escritor judío, en la entrevista con Cecilia Seppia (Escuche la entrevista con Matteo Corradini). "Con Israel -continúa- nace un estado, una nación, pero también nace una lengua que era judía, o más bien renace, nace la literatura israelí. Y en todas sus obras mostró este gran apego a su país, a pesar de ser un escritor del mundo, traducido en todo el mundo y famoso en todas partes, siempre estuvo allí, incluso con una mirada y una voz crítica, lúcida y consciente. Además, fue un pacifista pragmático, concreto, partidario de ese pacifismo que no termina con las idas y venidas de las modas y los momentos; ese pacifismo que tarde o temprano surge en la historia, crea una cultura y una mentalidad que no tiene nada de ideológico o abstracto y ciertamente la idea de la paz de Amós Oz no morirá.
La relación con el Evangelio
Nacido bajo el nombre de Amos Klausner en Jerusalén en 1939, fue criado por un padre lituano y una madre polaca. A los 12 años, su madre se suicidó; dos años más tarde, abandonó la casa para ir a vivir a un kibutz, adoptando el apellido hebreo Oz, "fuerza". A los 16 años, me di cuenta de que si no hubiera leído los Evangelios, nunca habría tenido acceso al arte renacentista, a la música de Bach o a las novelas de Dostoievski. Así que por la noche, cuando los otros chicos iban a jugar al baloncesto o a cazar chicas -no tenía ninguna de las dos posibilidades-, encontré mi consuelo en Jesús.
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