Italia: uno de cada cinco niños viven en pobreza relativa
Ciudad del Vaticano
Italia es el segundo país más “anciano” del mundo, caracterizado por la baja natalidad en casi todas las regiones. Según un informe de Save the Children emitido en el día de hoy, surgido de la relación publicada por el Grupo de Trabajo para la Convención sobre los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, en relación a los nacimientos, decididamente bajos en Italia, emerge una nota positiva, que es aquella de la esperanza de vida, una de las más elevadas del mundo en el país: la media es de 82,7 años. En relación a la pobreza, en cambio, más de uno de cada cinco niños vive en la pobreza relativa, es decir, viven en familias con bajos niveles de ingresos en comparación con la media italiana.
El trabajo realizado se divide en cinco datos existentes: los demográficos, el ambiente familiar y las medidas alternativas, la educación, juego y actividades culturales, la salud, discapacidad y servicios de base y la pobreza y protección.
Necesario medidas para responder a las desigualdades
En la lectura de los datos se evidencia una marcada diferenciación territorial que impone una reflexión a nivel nacional y local – dice el comunicado – como recientemente propuesto también por el Comité de la ONU sobre los derechos de la infancia y la adolescencia en las propias recomendaciones a Italia, que señala la necesidad de “llevar adelante medidas urgentes para responder a las desigualdades regionales en relación al acceso al sistema sanitario, la lucha contra la pobreza, la garantía de viviendas dignas, incluida la prevención de los desalojos, al desarrollo sostenible y a la educación en todo el país”.
Más de uno de cada cinco niños vive en pobreza relativa
La coordinadora del Grupo CRC, de Save the Children, Arianna Saulini, comenta que en Italia “todavía existen muchas desigualdades regionales profundas en el acceso y la calidad de los servicios de salud, los servicios de educación y la incidencia de la pobreza, lo que de hecho significa que los menores de edad tienen diferentes oportunidades y derechos según el lugar en que nazcan y crezcan”.
“Se trata – afirma – de una fuerte discriminación a nivel regional, que tiene un fuerte impacto en la vida de los niños y niñas, y que hace imprescindible iniciar una reflexión estratégica sobre las políticas para la infancia y la adolescencia, que se traduzca en la asunción de un compromiso real por parte de las instituciones competentes para resolver los temas críticos aún no resueltos”.
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