Filipinas: numerosas víctimas de terremotos en el norte del país
Ciudad del Vaticano
Los socorristas continúan excavando en busca de supervivientes bajo los escombros de un centro comercial de cuatro pisos que se derrumbó debido a la conmoción. Daños en 10 iglesias de interés histórico. Fuerte conmoción también hoy en el centro del país
Según las autoridades, la mayoría de las víctimas están registradas en la provincia de Pampanga, donde se espera la visita del presidente Rodrigo Duterte. Ed Posadas, portavoz de la Agencia Nacional de Desastres, dijo que 24 personas siguen desaparecidas, la mayoría de ellas bajo los escombros del Centro Comercial Chuzón en Porac, provincia de Pampanga.
Otro terremoto de magnitud 6.3, se ha producido un día después en el centro de las Filipinas, a 13 km al este de Tutubigan, a una profundidad de 70.2 km. Según comunicó el Instituto Geofísico Americano (Usgs). Por el momento, no hay informes de daños ni de bajas. El terremoto de ayer golpeó el norte del país con una magnitud de 6,1 (de nuevo según los Usgs). Entre las estructuras más dañadas se encuentran nueve escuelas, al menos diez iglesias de interés histórico y el Megadike Fvr, la última defensa de la provincia contra los flujos de lava del Monte Pinatubo.
La población filipina vive estas horas sin ningún tipo de aprensión
El Padre Juan Re, misionero de las Misiones Pontificias Extranjeras (PIME), dijo a la Agencia AsiaNews: "Aquí en la ciudad de Parañaque (donde se encuentra la casa regional del Instituto) sentimos el terremoto, pero el temblor no fue fuerte. Las vibraciones duraron sólo unos segundos. En las zonas más afectadas, todavía no está claro cuál es el daño real.
La población filipina vive estas horas sin ningún temor particular, porque las consecuencias del terremoto, al menos por el momento, parecen ser limitadas. En los últimos años, varios tifones han golpeado el país, causando muchas más muertes y destrucción. Esto explica la relativa calma con la que los filipinos reaccionaron a este terremoto. Filipinas se encuentra dentro del Anillo de Fuego del océano Pacífico, una zona de frecuente actividad sísmica.
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