Silencio y pensamiento: superar el narcisismo digital
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano
German Rosa, sacerdote Jesuita hondureño, licenciado en sociología y doctorado en Teología, considera que “Las redes sociales son espacios privilegiados para la vigilancia y la manipulación de las preferencias electorales, mostrando la capacidad sutil del poder político para controlar a la sociedad”.
Entre lo importante y lo accesorio
Para el P. Rosa, un recurso muy utilizado por políticos en las redes sociales consiste en no debatir lo realmente importante, sino aquello que distrae. “Así se sigue practicando la eterna estrategia de “pan y circo”, para que el pueblo se olvide de los sufrimientos y de su propia tragedia. La charlatanería, el folklore político, los pleitos cargados de humorismo hacen que no salgan a la luz los problemas políticos, sociales, económicos en las campañas políticas o cuando se está gobernando. Desafortunadamente esto está ocurriendo en muchos países del mundo”.
El enjambre digital
German Rosa se apoya en los aportes del filósofo Byung-Chul en su obra ‘El enjambre’, particularmente en el concepto de “enjambre digital”, quien lo explica así: “A diferencia de la masa clásica, el enjambre digital consta de individuos aislados, carecen de alma, de un nosotros capaz de una acción común, de andar en una dirección o de manifestarse en una voz. La híper-comunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar y para ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios”.
Rosa continúa citando: “El enjambre no permite el silencio, tampoco pensar ni la reflexión” (…) “El enjambre digital promueve modelos de colectividad o movimientos sociales fugaces e inestables. A los enjambres digitales les falta decisión, no desarrollan energías políticas, tampoco son capaces de cuestionar las relaciones de poder dominantes”.
Libertad humana y sometimiento
Para el filósofo coreano, la imagen de las abejas le sirve para explicar lo que sucede en los humanos: “El enjambre digital estimula los impulsos electrónicos, son como las abejas que persiguen a los internautas, los acosan, les crean adicción y las redes sociales fácilmente se convierten en cadenas que someten y doblegan la voluntad y la libertad humana. El enjambre digital condiciona y crea un modo específico de pensar y de acción política volátil y fugaz, crea consenso y hegemonía social y política sobre la base de que todo es efímero y nada es permanente”.
Recuperar humanidad, recuperar cercanía a los otros
German Rosa insiste: “La dependencia y la adicción que crean las redes sociales son insidiosas y hacen creer que cuanto más conectados a la red estamos somos más felices. Pero no podemos olvidar que la felicidad real se vive cuando se comparte con los otros, superando el narcisismo digital. Asumiendo responsabilidades comunitarias, creando verdaderas comunidades de seres reales físicos y no solo reales virtuales, haciendo posible una comunidad sanamente fraterna y solidaria. La verdadera humanidad en las redes sociales se recupera no solo desde lo virtual-real, sino desde lo real-físico e histórico en la sociedad a través de la cultura del encuentro con la realidad humana, y no solo con aquella realidad que causa placer, satisfacción, sino con tantas personas que sufren, los empobrecidos, los excluidos, los desvalidos, las víctimas de la historia”.
El P. Rosa subraya que muchos son los impactos que tiene la revolución digital en la sociedad actual; sin embargo, es prioritario “recuperar el potencial educativo y de sociabilidad para crear vínculos de solidaridad humana, para abrirnos a los otros y para humanizar la técnica en función de resolver los grandes problemas de la humanidad y de nuestro mundo de hoy”.
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