Bassetti: ante los refugiados elegir entre caridad y miedo
Elecciones importantes
"El Mediterráneo en este tiempo nos obliga a hacer elecciones importantes y decisivas, entre la responsabilidad y la indiferencia, entre la caridad y el miedo”. Lo afirmó el Cardenal Gualtiero Bassetti, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana en su intervención en Madrid en el encuentro titulado "Paz sin fronteras" organizado por la Comunidad de San Egidio y por la arquidiócesis de la capital española. El Purpurado subrayó asimismo: "Nunca como hoy tenemos necesidad de paz para todos los desplazados por las guerras y que mueren en el Mediterráneo. Debemos agradecer a El Líbano por recibir a miles de prófugos.
La perspectiva real de la convivencia es posible
Tenemos en custodia la creación – añadió – la historia, el futuro frente a un presente obsesivo que caracteriza este tiempo: por eso he convocado una conferencia de todos los representantes de las Conferencias Episcopales del Mediterráneo, que tendrá lugar en Bari del 18 al 23 de febrero de 2020, en la que participará el Papa, que – especificó – no quiere discursos, ¡sino propuestas concretas!". "Verdaderamente – concluyó el Cardenal Bassetti – la interdependencia de los pueblos no es una idea medianamente buena, pero es una realidad de hecho. La perspectiva real de la convivencia es posible".
Diez mil niños muertos a lo largo de las fronteras del mundo
Ocho mil doscientos niños desaparecidos en México desde el año 2007, más de mil seiscientos niños muertos en el Mediterráneo desde el 2014. Estas son las cifras dramáticas que surgieron durante la mesa redonda titulada "Los niños quieren la paz", en el marco del Encuentro interreligioso de Madrid. Pietro Bartolo – el "médico de Lampedusa", que visitó a más de trescientos cincuenta mil emigrantes – al relatar el drama de los niños que murieron en los llamados “viajes de la esperanza” – "muchos de ellos vestidos de gala o con la mejor ropa", defendió el trabajo de las ONG que operan en el Mediterráneo:
A su voz se sumó la de Anabel Hernández García, periodista mexicana, autora de encuestas sobre las conexiones entre el narcotráfico y el Estado y sobre los desaparecidos en su país: "De 2007 a 2018 – dijo – desaparecieron en México ocho mil ciento noventa y cinco niños y adolescentes: casi dos niños al día, a menudo con la complicidad de policías, militares y funcionarios públicos”.
Adriana Gullotta, responsable de las "Escuelas de la paz" de la Comunidad de San Egidio, subrayó el tema de la educación para la paz de los jóvenes europeos: "Debemos afrontar seriamente el miedo y la angustia de los jóvenes, sobre todo de los más periféricos y sin oportunidades, que a menudo buscan consuelo apoyándose en líderes fuertes, o se desahogan en el sentido de la competencia con los inmigrantes: lo que refuerza la seguridad de los niños es el sentido de pertenencia a una familia y a una comunidad social, debemos cultivar en los jóvenes el orgullo de ser europeos”.
El arma anacrónica de los muros
"Sin una visión anclada en datos reales y no en los temores de los fenómenos migratorios, Europa corre el riesgo de arrojar al mar su propio futuro", dijo Daniela Pompei, responsable del servicio a los inmigrantes de San Egidio en su intervención en Madrid. En Italia, el envejecimiento demográfico y la disminución de las tasas de natalidad han alcanzado niveles preocupantes. Además, la península corre el riesgo de dejar de ser atractiva. Hay ciento cincuenta y siete mil italianos que han abandonado nuestro país, pero "unos treinta y tres mil, algo menos del 30%, son ciudadanos italianos de origen extranjero que ya no sienten Italia como el lugar de su futuro”. Hay una presencia joven que "no puede ser considerada sólo como un problema y está produciendo una transformación positiva".
"Es paradójico que el fenómeno de la migración, que ha marcado una época, se pueda seguir enfrentando con el arma anacrónica, que ha demostrado ser ineficaz, la de los muros". Había cinco al final de la Segunda Guerra Mundial y setenta y dos en el año 2016. En cambio, es "el momento oportuno para que Europa supere sus miedos, modifique las leyes y cree otras nuevas: esto es lo que ya ha ocurrido en los últimos tres años con la apertura de los Corredores Humanitarios de Italia, Francia, Bélgica y Andorra. Son ya dos mil seiscientas sesenta y seis las personas que han alcanzado condiciones seguras, alejadas de la trata de seres humanos y del riesgo de la muerte en el mar. No hay que tener miedo de acoger y hay que invertir en la integración", concluyó Pompeya.
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