Padre Lutfi desde Alepo: los cristianos en Siria en peligro de desaparecer
Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
"No te hagas el duro," y "trabajemos en un buen acuerdo. Tú no quieres ser responsable de la masacre de miles de personas, y yo no quiero ser responsable de la destrucción de la economía turca”. Con estas palabras el presidente estadounidense Donald Trump se dirigió al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan en una carta con fecha 9 de octubre, justo antes de la ofensiva de Ankara en el norte de Siria. Erdoğan, quien según los informes de los medios de comunicación turcos rechazó la carta, se reunirá hoy con el diputado de Trump, Mike Pence, en Estambul, y viajará a Rusia el 22 de octubre para reunirse con el presidente Putin.
Continúa el asedio de Ras al-Ayn
Una mediación, la de Rusia, que según el comandante de las fuerzas kurdas-sirias tendría la luz verde de los Estados Unidos. También está prevista una reunión del Consejo Europeo en Bruselas para discutir sobre la crisis. Mientras tanto, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, el ejército turco y sus aliados continúan el asedio de la ciudad de Ras al-Ayn, que ya estaría ocupada en la mitad de su territorio.
200.000 personas desplazadas
Oxfam (Oxford Committee for Famine Relief) y otras 72 organizaciones humanitarias denuncian la situación de 200.000 personas desplazadas reducidas a una condición extrema en el noreste de Siria. Según las Naciones Unidas, este número se duplicará en cuestión de semanas. "Volvemos a la emergencia de 2014", explica el presidente de Focsiv (Federación Internacional de Servicio Voluntario de Organismos Cristianos) Gianfranco Cattai. "En la frontera, donde operamos indirectamente, hay al menos entre 10.000 y 15.000 personas desplazadas que huyen -explica-, son familias, hombres y mujeres y, sobre todo, hay preocupación por los niños".
Focsiv: así es difícil reinventar un futuro
Una situación desestabilizadora para las personas que, según Cattai, "no huyeron a causa de una situación de crisis climática y ambiental, sino que tuvieron que detener lo que eran las actividades normales de la vida económica, social y política". Es difícil con ellos reinventar el futuro sin que se vuelvan apáticos, abúlicos. La cuestión de la resiliencia es muy importante, finalmente nosotros teníamos signos de esperanza. En Qaraqosh, las personas desplazadas regresaron a sus hogares y reconstruían. Hoy se repite esta historia y quizás la situación es aún peor".
El Cardenal Bassetti: armas y guerra en lugar de paz
"Ya no tenemos ojos para llorar por lo que está sucediendo", dijo en Nápoles el Cardenal Gualtiero Bassetti, presidente del CEI. "En este momento, en lugar de alcanzar objetivos de paz, - afirmó - acaban concentrándose armas, guerras y luchas”. La preocupación, también reiterada por el Consejo Mundial de Iglesias y el Consejo de Iglesias Cristianas de Oriente Medio, es también la de la suerte de las comunidades cristianas en Siria.
Padre Lutfi: Los cristianos son una parte fundamental de la sociedad siria
"Cuando hay un conflicto afecta a todos: cristianos, musulmanes, kurdos -explica el padre franciscano desde Alepo Firas Lutfi-, pero ciertamente es la comunidad cristiana, presente desde hace dos milenios en Siria, la más afectada. Nos arriesgamos a nuestra extinción. Los cristianos son una parte esencial de la sociedad -una parte fundadora, diría yo- y corren el riesgo de ser aniquilados y borrados de la memoria de Siria".
Temor por el retorno del fundamentalismo islámico
Otro de los temores es que el fundamentalismo islámico se reagudice en la región. "Los kurdos, que siempre han luchado contra el Estado islámico, fueron apoyados primero por Estados Unidos y luego dejados por los propios aliados a merced de un destino verdaderamente desconocido y trágico. El Padre Lutfi lo reitera y añade: "Estos kurdos tienen en sus prisiones a muchos yihadistas del Isis y de otras facciones fundamentalistas islámicas. De las noticias que nos llegan parece que estos prisioneros están escapando y huyendo de su control. Una vez que han escapado, ¿pueden reorganizarse? El miedo es éste.
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