Padre Moreno: Necesitamos recuperar el Estado de derecho en Honduras
Ciudad del Vaticano
Honduras es un pequeño país de América Central. Posee fronteras con Guatemala, El Salvador y Nicaragua, así como con el mar Caribe y el océano Pacífico. Es un país con una situación geográfica privilegiada y los grupos dedicados al tráfico de drogas lo saben. Además, afirma el P. Moreno, de los nueve millones de habitantes, casi dos han migrado hacia los países vecinos o a los Estados Unidos.
Débil institucionalidad
El Padre Moreno afirmó que Honduras no posee una institucionalidad sólida, transparente, aunque se ha hecho camino en esta dirección. Sin embargo, hay hechos que ponen en riesgo lo avanzado: “Hace unas semanas el propio hermano del Presidente de la República fue declarado culpable por un jurado de la corte del Distrito Sur de Nueva York. En ese juicio, cerca de 200 veces apareció el nombre del actual Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, vinculado al negocio de los narcotraficantes”.
Ya la Conferencia Episcopal había llamado la atención sobre este aspecto en un mensaje publicado el pasado 11 de octubre: “Nada de lo que el narcotráfico ha logrado en nuestro país, podría haberse alcanzado sin la colusión de los órganos que, por razón de su ser, estaban llamados a defender la vida y proporcionar seguridad a todos. (…) Debemos admitir que en mucho de esto son culpables los políticos que han pactado con el crimen organizado, olvidando que la ética les obligaba ante todo a velar por el bien común y no por el beneficio personal o los de su grupo”.
Impacto en la población hondureña
El padre Moreno considera que en Honduras se da la conjunción de varias situaciones: “primero, el gobierno ha abandonado las políticas públicas y las políticas sociales”. Además, insistió, en el aumento de los costos de la vida cotidiana y de la violencia, de manera que el efecto inmediato es que “la población hondureña abandona el país en este esquema que se ha conocido internacionalmente como las caravanas de migrantes, en el que miles de personas abandonan el país por razones económicas, de inseguridad, de violencia, de extorsiones. De manera que la población hondureña vive esta situación como una carga con consecuencias negativas para sus propias vidas y, por lo tanto, la inseguridad, la violencia, el desempleo, la situación de extorsión ha aumentado en la población hondureña y esto tiene que ver en directo con una política que está conducida desde el Estado hondureño”.
Los obispos en el mensaje de octubre también afirmaban: “Con dolor y pena contemplamos el viacrucis de tantos hermanos migrantes. Duele reconocer que lo que más exporta Honduras son seres humanos”.
Rol de la Iglesia
El director de Radio Progreso subrayó que “la Iglesia hondureña en los últimos meses ha tenido una palabra clara para identificar quiénes son los responsables de la situación de inseguridad y de inestabilidad que vive la sociedad hondureña, al tiempo que ha hecho convocatorias para avanzar hacia un escenario donde se recupere el Estado de derecho, que ha sido de algún modo abandonado por quienes tienen la responsabilidad de conducir hacia la democracia, pero lo que están haciendo es negar la democracia. En este sentido, la palabra de la Conferencia Episcopal Hondureña es una palabra creíble, es una palabra esperada y es una palabra que se necesita en tiempos de angustia y en tiempo de abandono como los que vivimos”.
Buscar salida a la crisis
El p. Moreno constata que en este momento la sociedad de su país está polarizada y que el actual gobierno sufre desprestigio y “no tiene nada que ofrecer en positivo al país”. Por tanto, se trataría de convocar a elecciones para “recuperar el Estado de derecho, el orden constitucional y así avanzar hacia un pacto social en donde se continúe la lucha contra la corrupción”, así como se atienda a problemas urgentes como la salud, la educación y la necesidad de vivienda y de empleo.
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